La Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México celebró el 159 aniversario de la fundación de Coacalco, que en lengua náhuatl significa “En la casa de la serpiente”, y que ofrece riqueza natural, arqueológica, gastronómica, cultural, turística e histórica.
Fue el 12 de febrero de 1862 que este lugar se convirtió en municipio del Estado de México, tras la firma del decreto correspondiente por parte del entonces Gobernador de la entidad, Felipe de Berriozábal, general cuyo apellido se integraría al nombre de esta demarcación municipal.
Coacalco de Berriozábal cuenta con una larga historia y vestigios prehistóricos, ya que se encontraron osamentas de dos mamuts, que por la disposición en que fueron localizados, se supone que la carne de esos animales fue aprovechada por los cazadores recolectores.
Son una visita obligada sus murales; el primero de 172 metros cuadrados que se llama “Historia y Símbolos Patrios“, del reconocido maestro Ariosto Otero, ubicado en la Presidencia municipal, y el segundo del maestro Tlacaelle, en el que se muestra, desde su perspectiva, la importancia de Coacalco en el México antiguo.
Otros de sus atractivos son el sitio arqueológico de “Teopancatitla”, la Parroquia de San Francisco de Asís, cuya construcción inició en 1580 y se calcula terminó a principios del siglo XVII. La portada de la fachada y la torre conjuga el barroco tardío y el neoclásico temprano.
Si de celebrar se trata, las y los coacalquenses tienen diferentes fiestas en el año, dedicadas a sus santos patronos. En mayo a María Auxiliadora, en julio a Magdalena, en agosto a San Lorenzo y en octubre, con gran verbena popular, celebran a San Francisco de Asís.
Una de las ferias más reconocidas en la entidad es la Feria del Atole, una de las bebidas más antiguas, proveniente de la época prehispánica, en la que la masa se disolvía hasta poderse tomar, de ahí que la receta tradicional sea el preparado con masa de maíz, piloncillo y agua.