Decía George Orwell que lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano.
En días pasados, circuló en medios de comunicación y redes sociales un vídeo que muestra cómo algunos migrantes son sometidos y golpeados cobardemente por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
Ante estos hechos, Amnistía Internacional, así como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), condenaron estas agresiones y llamaron a las autoridades a actuar con un enfoque humanitario.
Lo que llama la atención es que, desde hace algunos días, nuestro país participa en la “operación rescate”, donde en colaboración con las embajadas mexicanas en Irán, Emiratos Árabes y Egipto se ha logrado trasladar a casi 400 ciudadanos afganos a México.
Ante la crisis política que enfrenta su país después de que los talibanes llegaran a Kabul tras la retirada de las tropas estadounidenses, son muchas las familias afganas que buscan refugio en otros países.
En lo personal, me llena de orgullo que nuestro país se apegue a sus principios de política exterior y lo más importante, que seamos humanitarios.
Sin embargo, irónicamente mientras recibimos a ciudadanos afganos con los brazos abiertos, en la frontera sur se reprime, somete y golpea a integrantes del contingente de migrantes; muchos de ellos con niños en brazos y mujeres embarazadas.
¿No es eso una contradicción?, ¿No son víctimas también ellos de la situación de violencia y crisis generada por desastres naturales que atraviesa su país?
Es hipócrita que por una parte, nos indignemos y condenemos la discriminación y violencia que sufren nuestros hermanos mexicanos en Estados Unidos, exigimos que sean tratados con respeto y a la par, somos nosotros los que violamos los derechos humanos de migrantes centroamericanos y haitianos.
Recuerdo un discurso de Barack Obama acerca de este tema, del gran dilema que supone el elegir entre acoger y rechazar al migrante. “Es algo más que la inmigración, es sobre el significado de nuestro país, del tipo de país que queremos ser”. Nosotros como mexicanos ¿Qué tipo de país queremos ser?