Conforme avanza el gobierno lopezobradoriano, se deforma más el bello cuento de hadas que nos dijeron sería la cuarta transformación, para convertírsenos en la pesadilla de Hades, pues cada vez es mayor el número de mexicanos que hemos caído en el inframundo.
Las visiones dantescas vistas durante la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación para el año entrante son la punta del iceberg del grado de decadencia al que nos han llevado los que se dicen diferentes: arpías y serpientes dominando el escenario de la Cámara de Diputados.
La visión dogmática, encarnada por el presidente Andrés Manuel López Obrador lo ha llevado a crear su propia morada de muertos a causa de la ineficiencia y yerros de sus políticas y estrategias en materia de salud, seguridad, violencia, oportunidades de desarrollo.
Indicadores nacionales y extranjeros revelan que el exceso de mortandad en 2020 y lo que va del año en curso sobrepasa el número de muertos reconocidos oficialmente. Mientras las cifras del cuatroteísmo indican ser poco más de 290 mil decesos por Covid-19, datos de organismos internacionales y mexicanos ubican la cifra en alrededor de 600 mil fallecimientos.
De cualquier forma, estamos en un rango de entre cinco y 10 veces más la cifra catastrófica que preveía el vocero -que no epidemiólogo- de la pandemia Hugo López Gatell, en su papel el can Cerbero, resguardando la investidura de quien sólo puede contagiar con fuerza moral.
A ello, se deben sumar las condiciones deplorables en las que se encuentra el abasto de medicamentos e insumos. Las continuas mentiras del abasto de biológicos, se repetían una y otra vez, a pesar de las múltiples manifestaciones de enfermos y familiares, afectados por la insuficiencia de medicinas; inclusive, se les acusó de intenciones golpistas.
De acuerdo con estimaciones oficiales, del total de compras para el sector salud, apenas se ha surtido poco menos de una tercera parte de las solicitadas al organismo de las Naciones Unidas encargado de llevar a cabo dichas adquisiciones.
Y ahora, el secretario de Salud, Jorge Alcocer -la imagen misma del desdén y la irresponsabilidad- nos adelanta que la regularidad del abasto será hasta mediados de 2022. Lo que no dijo es si eso corresponde a 2021 o también al siguiente año; total habrá otros 10 mil muertos más a los de la pandemia.
Por cuanto a la inseguridad y la violencia, los 110 mil homicidios dolosos con los que terminará el presente año desde que inició la administración de López Obrador, constituyen el sacrificio que se debe pagar por la política de “abrazos, no balazos” seguida hasta la fecha y de aquí a que surtan efecto los programas para arrebatar a los jóvenes al crimen organizado.
Dentro del inframundo de violencia en el que se encuentra inmerso México, es notoria la tendencia a que ésta se manifieste cada vez más en contra de las mujeres, en función de su género, lo que ha llevado a crecer desmesuradamente las cifras de feminicidio. Muertas, que el primer mandatario se niega a ver y atender.
La neblina morada, como símbolo de la lucha feminista, avanza como ningún otro movimiento social en tiempos del cuatroteísmo, ante la falta de empatía del oficialismo y la adecuación de instituciones, organizaciones y leyes, que efectivamente respondan a la prevención y protección de las mujeres,
Como cabeza de Medusa, la ineficacia gubernamental se multiplica, amparada en las tinieblas de los otros datos y la poca claridad en la rendición de cuentas. El inframundo de muerte, pobreza, inseguridad y violencia, desmiente la narrativa del cuento de hadas prometido, esa que cada mañana recitan desde el Olimpo de Palacio Nacional.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Que cada vez sean más las entidades federativas con mandatarios morenistas, que dejan en manos militares la seguridad de la población, queda la impresión de que más que combatir al crimen y la inseguridad, se construyen guardias pretorianas.
@Edumermo