Texto originalmente publicado en Conacyt Prensa.
Fotografía: Nayarit en Línea.
Blanca Viridiana Aguirre Tejeda, maestra en Desarrollo Económico Local por la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), elaboró un modelo de indicadores a partir de la adaptación de diversas metodologías para medir el impacto económico de los bienes y servicios culturales que se desarrollan en la entidad, del que participan instituciones, gobiernos, artistas o empresas culturales.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la maestra afirmó que estas actividades en 2005 superaron el 0.45%, mismo porcentaje para 2015, mientras que en el año 2010 fue de 1.77%.
«Para el año 2005, que fue el término casi del gobierno en turno, hubo una aportación de 0.46% de la cultura al PIB; en el 2010, con otra administración, hubo un incremento mayor, de 1.77%, y se nota que destacan las actividades culturales; pero para el 2015 volvemos a bajar hasta 0.45%, entonces sí ha habido una tendencia no muy favorable en los últimos años al parecer, en términos económicos», indicó.
La investigación El impacto del sector cultural en el desarrollo económico de Nayarit es la primera que se realiza respecto al tema en la entidad y que se centra en la premisa que lanzó la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), respecto a que la cultura es un elemento o factor del desarrollo económico.
«Como antecedente, una rama de la economía, que es la economía de la cultura, nace a partir de que se intenta determinar el valor a los productos y servicios culturales y, años más tarde, Unesco saca las declaraciones que sitúan la cultura como uno de los pilares del desarrollo; algunas investigaciones sobre esto se enfocan hacia la parte económica, hacia la política pública, a tendencias de identidad, consumo cultural, a estudios de carácter antropológico o social», determinó.
La adaptación de diversas metodologías aplicadas en diferentes países y en distintas escalas, dio como resultado un modelo de indicadores, que una vez alimentado con la información de las bases de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Secretaría de Cultura, antes Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como información recolectada de los planes de desarrollo e informes de gobierno estatal, el marco jurídico que regula al sector, así como los presupuestos ejercidos durante esos años por sus gobiernos, derivó en el Índice de Desarrollo Cultural de Nayarit.
Solo se consideró la información encontrada en las bases de datos; sin embargo, dijo la maestra Aguirre Tejeda, hay muchas otras actividades culturales que no fueron tomadas en cuenta debido a que no hay registro de su actividad, a este sector se le considera economía sombra.
El panorama cultural de Nayarit
La especialista en desarrollo económico local afirmó que en el estado no existen estudios formales en materia económica sobre el sector cultural.
«Había una licenciatura en la Universidad Autónoma de Nayarit que era en desarrollo cultural, donde se abordaba algo del tema, no había ningún antecedente o diagnóstico que nos diera cuenta de qué es lo que estaba sucediendo en materia cultural en el estado; cómo es que aportan las industrias culturales al desarrollo económico, tanto en términos de crecimiento como en términos de beneficio social —la reconstrucción del tejido social—, todos estos factores que pueden impactar positivamente en los problemas actuales de la sociedad», estableció.
El estudio se realizó en tres periodos administrativos, 2005, 2010 y 2015, que a partir de los datos hallados, precisó, dieron una idea del estado de la política pública en materia cultural que se aplicó antes y ahora.
En 2005, la aportación fue de 0.46% al PIB local; en 2010 es superior al 1.77%, y en 2015 hasta 0.45%, una tendencia, dijo, no favorable en términos económicos, además de que se debe tomar en cuenta que los años anteriores no existía la infraestructura y avance tecnológico actual.
Además de estas estadísticas, señaló, se refleja otro tipo de comportamiento para otros indicadores, como la participación social, es decir, cómo ha sido la participación de la sociedad, tanto en la construcción o diseño de política pública o las actividades culturales, qué tanto se involucran las personas o qué tanto les interesa asistir a este tipo de actividades.
Otros indicadores
La entrevistada dijo que existen otros indicadores que se consideraron para realizar el Índice de Desarrollo Cultural en Nayarit, como el patrimonio, en el que se estudian los presupuestos, las acciones y todo aquello que involucra la gestión cultural desde las administraciones gubernamentales, el empleo en actividades culturales y cuánto es el consumo, es decir, cuánto es el gasto que la gente aporta a las actividades culturales en el estado.
El indicador o la dimensión de gobernanza, declaró la maestra, planteaba el presupuesto y acciones del gobierno a beneficiarios; la dimensión de cultura como factor de desarrollo del tejido planteaba cuestiones como acciones realizadas en favor de la promoción de proyectos culturales y personas beneficiadas con los programas de gobierno; en la dimensión comunicación, sobre el acceso de la población nayarita a las tecnologías de la información y comunicación.
«También había otros indicadores importantes que por la falta de información en las bases de datos no se pudieron construir; lo que también habla de la importancia de que se contabilice este tipo de información, a escala estatal y nacional», insistió.
Finalmente, Viridiana Aguirre Tejeda mencionó que con los resultados de esta investigación será posible comprender el funcionamiento de este sector económico en el estado de Nayarit, de forma que abone en el diseño de la política pública concerniente, pero como punto de partida para planeación y argumentación de proyectos culturales, iniciativas, programas o actividades en materia cultural.
«Las autoridades deben basarse en la realidad, no puede ser todo por buenas voluntades, y obviamente la ciencia es para eso, para basarnos en lo concreto y desarrollar acciones que vayan encaminadas con las necesidades reales», finalizó.