La Coordinadora Nacional de Nueva Izquierda, del PRD, Verónica Juárez Piña, acusó que las megaobras promovidas por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se han convertido en un lastre para la economía nacional no sólo por los sobrecostos que han superado con mucho los presupuestos inicialmente previstos, sino por los nulos resultados en el caso del AIFA y de Dos Bocas.
Recordó que, respecto al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, “la inversión inicial estaba prevista en 75,000 millones de pesos en diciembre de 2019, pero hasta marzo de 2022, cuando fue oficialmente inaugurado por López Obrador, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, se habían ejercido 104,531 millones de pesos en su construcción y todavía hay varias obras que están en proceso porque en realidad no ha sido terminado.”
“El problema es que el AIFA está muy lejos de alcanzar el objetivo de 64 vuelos diarios para septiembre de este año con una cobertura de 90 millones de pasajeros como previó la Secretaría de Turismo”, señaló la líder perredista.
En el caso de la refinería Dos Bocas, que también ya fue inaugurada sin haber sido concluida, puntualizó, “el sobrecosto es más del doble, pues se previeron inicialmente de seis a ocho mil millones de dólares para su construcción y hasta ahora se han invertido cerca de 18 mil millones de dólares.”
En relación al Tren Maya, precisa, “el sobreprecio supera más del 172 por ciento, al pasar en 2018 de 150 mil millones de pesos, a más 409 mil millones de pesos, en el año en curso.”
Con el agravante en todos los casos, denunció , “que existe un manejo poco transparente e irregular del presupuesto asignado, que la mayor parte de los contratos se asignaron de manera directa y que, al menos en el caso del AIFA y el Tren Maya, la operación fue entregada a las Fuerzas Armadas, lo que complicará la fiscalización de las ganancias, por la secrecía con que acostumbran a manejarse.”
En opinión de Juárez Piña, “los pretextos del presidente para justificar los sobrecostos son inadmisibles. Es inaceptable que en obras de tal magnitud no exista la planeación debida de todo el proceso de construcción.”
“En la administración pública, los sobrecostos de una obra además de la incapacidad del gobierno que la construye, reflejan una eventual corrupción. De tal manera que las megaobras del presidente no sólo se han convertido en elefantes blancos, como el caso del IAFA, sino en un lastre para el crecimiento económico del país”, concluyó.