La lanzadora paralímpica de bala, Gloria Zarza Guadarrama, adaptó su casa en el municipio de Zinacantepec, Estado de México, para continuar entrenando durante la cuarentena por el Covid-19, y buscar pronto un lugar para los Juegos Paralímpicos de Tokio en 2021.
Con un ciclo paralímpico más de experiencia que en su primera participación, la lanzadora mexiquense no pierde la concentración en su preparación rumbo a Tokio, con el objetivo de superar lo hecho hace cuatro años y subir al pódium.
Explicó que ante la pandemia ha tenido que hacer ciertas adecuaciones en su hogar para continuar con el plan de trabajo que le envía su entrenador Iván Rodríguez, quien junto con el equipo multidisciplinario, ha seguido paso a paso su proceso de entrenamiento durante la contingencia sanitaria.
“Estoy bien, la actitud aún está arriba, al cien; ahorita estoy en casa, adapté mi sala con un pequeño gimnasio, es la única manera en la que puedo entrenar y hago lanzamientos aquí afuera en mi casa”, comentó la deportista mexiquense.
Zarza Guadarrama explicó que la postergación de los Juegos Paralímpicos cayó fuerte en su ánimo, sobre todo porque ya tenía un plan de trabajo para conseguir la medalla este año en Tokio, pero puntualizó que las metas siguen en pie.
“Para los Juegos tenía la meta de estar en el pódium, pero ahorita lo tomo como un tiempo de más preparación, de que pueda dar más; no es lo mismo en casa, pero el ánimo sigue y la meta está fija, estar en los Juegos”, declaró.
Gloria recordó lo sucedido hace cuatro años, cuando tuvo su primera experiencia en una magna justa y se quedó a tres centímetros de estar en el pódium de ganadores, en la prueba de impulso de bala, clasificación F54, lo que la motiva para encarar la próxima contienda.
“En los pasados Juegos Paralímpicos en Río de Janeiro, la tenía y se me escapó, estuve a tres centímetros de colgármela, pero ahora esos tres centímetros son un reto de decir voy por un metro más.
“Iba novata, era mi segunda participación internacional, con muchos nervios, incluso tengo esta anécdota, cuando veo que son tres centímetros de subir al pódium, la verdad es que me desanimé mucho, tenía ganas de llorar y me dice mi auxiliar ‘ve a las de sexto y séptimo lugar, están felices’.