Entrevista con Xóchitl Gálvez, Jefa Delegacional de Miguel Hidalgo

Xóchitl Gálvez siempre está sonriente. Es una mujer que genera polémica y da de qué hablar. En octubre de 2015 tomó posesión como Jefa Delegacional de Miguel Hidalgo y desde entonces ha puesto sobre la mesa nuevos temas de debate: ¿Deben utilizar funcionarios públicos las nuevas tecnologías de información como método de denuncia?, ¿es válido el escarnio público como sanción?, ¿qué es un city manager? Éstas son sólo algunas de las preguntas que la delegada ha logrado plantear a la ciudadanía. De ascendencia otomí, Xóchitl Gálvez comenzó su carrera política en el 2000 cuando el ex Presidente Vicente Fox la nombró titular de la Comisión de Desarrollo de Pueblos Indígenas. Desde entonces, aun cuando decidió retirarse momentáneamente del ámbito político, su nombre se mantuvo vigente. No es ninguna sorpresa que, para muchos, sea considerada la favorita a contender por el PAN a la Jefatura de Gobierno en 2018.

Empresaria, ingeniera y madre, Xóchitl Gálvez es todo menos una política tradicional. CM tuvo la oportunidad de platicar con ella en entrevista exclusiva…

CENTRAL MUNICIPAL (CM)› Xóchitl, eres, desde muchas perspectivas, todo un caso de éxito. Primero te sobrepusiste a muchas adversidades; después, te convertiste en una prestigiosa empresaria. Eres un personaje de dualidades: te puedes codear con los más ricos y poderosos del país, y a la vez, puedes representar a los pueblos indígenas. Te llamas Xóchitl, del náhuatl flor, milpa. Sin embargo, la empresa que fundaste la bautizaste como High Tech, en otro idioma y, con tus palabras, «para que sonara exitoso».

XÓCHITL GÁLVEZ (XG)› Claro, soy india pero no pendeja. ¿Quién iba a contratar edificios inteligentes si no sonaba como a que se podían hacer? Es un tema de marketing.

CM› Muchas veces parecería una contradicción que puedas codearte con esta gente y puedas tener la facultad de representar a la comunidad indígena, ¿cómo resuelve Xóchitl esta aparente contradicción?

XG› Es un error pensar que hay una identidad única. Cuando me convierto en una empresaria exitosa, me doy cuenta que no puedo llegar de huipil porque no me tomaban con seriedad. Entonces tenía que vestirme como empresaria. ¿Cuál es ese estatus? El traje sastre, ni modo, porque hay códigos que la gente se compra y que tú no puedes cambiar.

Hoy puedo llegar en huipil y me creen porque ya soy Xóchitl, porque ya saben que le entiendo a la tecnología, pero cuando empecé como empresaria no era posible. Nunca negué mi identidad indígena. Todo mundo me preguntaba «¿por qué vives en las Lomas si eres indígena?»

Pensar que los indios tenemos que ser pobres y tontos es una idea del pasado. Hoy hay indígenas que hemos viajado por el mundo, que somos empresarios, que nos hemos preparado y yo realmente no tengo ningún problema; bueno, creo que sí tengo un problema: no tengo filtro [risas]. Yo digo lo que pienso y hago lo que considero que es lo correcto.

Entonces me pregunté «¿Te vas a quedar ahí sentada a ver cómo tu país se hunde, se pudre en la violencia, y los corruptos siguen ganando?»

CM› Eres una mujer de convicciones consolidadas. Por ejemplo, poca gente aguanta irle al Cruz Azul tanto tiempo [risas]. Quisiéramos saber en qué más crees, qué más te motiva.

XG› Mis hijos: ellos son mi principal motivación en la vida. Sin embargo, también me motiva pensar que es posible construir un mundo diferente. A mí me dijeron que las mujeres no íbamos a la secundaria porque tenías que moler el nixtamal en el metate, mi papá me dijo «¡qué secundaria ni qué la chingada!». Tenía 10 años cuando me dijeron eso, y en ese momento lo que me motivó a romper el esquema era que había realizado una visita a Ciudad Universitaria (CU). Si yo me esforzaba y luchaba, era factible que fuera a la universidad. Así, dediqué seis años de mi vida, todos los días, a obtener el sueño de ir a la universidad. Y el día que me llega mi carta de aceptación de la UNAM, fue el día más feliz de mi vida hasta el día de hoy. No hay día más feliz porque ese día me liberé de la pobreza, de la violencia, de un montón de atavismos con los que yo había crecido: que las mujeres no servimos para nada más que para el petate y para el metate.

Después de ahí, me motivó el lograr tener mi propia empresa. Y después, la lucha para tener una fundación que ayudara a niños indígenas que sufrían de desnutrición. Dediqué seis años de mi vida a ese proyecto hasta que se consolidó y se logró. Luego, cuando estuve con Fox, me motivó el cambiar las instituciones para atender a los pueblos indígenas y reformar la Constitución, cosa que también se logró. Ser el artífice de este cambio y que este país volteara hacia las comunidades indígenas. Luego, me motivó ser gobernadora de mi estado, eso sí no lo logré. Me quedé muy cerquita.

De repente surge la posibilidad de que sea la candidata a Delegada de Miguel Hidalgo. Por entonces mi hija me había dicho que se quería ir de México por la inseguridad. También habían matado a un joven del colegio de mi hijo. En ese momento —estando en la iglesia— viendo a los jóvenes llorando, de negro todos, me dije «¿te vas a quedar aquí sentada a ver cómo tu país se hunde, se pudre en la violencia, y los corruptos siguen ganando?».

Continuaba de empresaria, ganaba dinero y me iba bien, pero ya no tenía esa motivación de construir algo. La verdad qué hueva dedicar tu vida a hacer dinero, ¿no? Yo creo que es lo más jodido que te puede pasar como ser humano. Que ésa sea tu motivación: el dinero. A mí nunca me ha motivado, ha llegado como consecuencia de mi pasión por la Ingeniería. Hoy me motiva decirle a los jóvenes que sí podemos desde la Miguel Hidalgo mandar un mensaje al país de que podemos hacer las cosas de manera diferente. Me motiva la lucha para que la gente no tenga que lamerle los zapatos a nadie para recibir un apoyo. Que el apoyo sea el de devolverles la dignidad. Eso es lo que hoy me mueve.

CM› Xóchitl, ¿una ingeniera en la política?, ¿cómo te ha ayudado esto a desempeñarte en papeles tan importantes dentro de la política?

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XG› Mucho mejor que los abogados, eh. Porque tenemos una mente matemática. Y eso nos ayuda. A este país le hacen falta más ingenieros en la política. De verdad, estoy convencida. Tenemos otra lógica de resolver los problemas, este pensamiento sistémico [sic] de ir al origen de los problemas. Es una mente diferente, con todo respeto a los abogados. Aunque por eso creé la figura del city manager, para que en este caso Arne (aus den Ruthen) fuera quien estuviera pensando todo el tiempo cómo meter orden. Y el city manager no está para caerle bien a nadie. El día que Arne le cayera bien a todos, puta ¡voy a estar preocupada! Arne tiene que caerle mal a la gente porque le está recogiendo el coche en la banqueta, le está levantando el mugrero que tienen en la calle de apartado, porque está ordenando a la ciudad… esta ciudad necesita es orden.

CM› Justamente ese tema, el de Arne con Periscope generó mucha controversia e impopularidad entre algunos. Pero la delgación MH es más que un city manager haciendo denuncias civiles, ¿qué más pasa en Miguel Hidalgo, más allá de periscopear?

XG› Yo creo que el tema del uso de suelo. Por primera vez se le retira el carnet a un Director Responsable de Obra (DRO), al de Minería 88. Ya no tiene carnet. En cambio, tiene una denuncia penal por haber aprobado construir en usos de suelo indebido. Estamos en toda una investigación de la red de corrupción que se hizo y de toda esta cantidad de obras ilegales. Yo como delegada no puedo llegar y clausurarlas. Pero, al menos, aquí ya no se pide un moche por un alineamiento. Aquí había un cuartito donde se negociaba todo, y eso te lo dicen todos los empresarios. Se negociaban cantidades millonarias que obviamente nadie denunció.

«Ése va a ser mi gran trabajo con las mujeres: empoderarlas para que logren la autonomía económica.»

CM› Sobre ti, ¿crees que el estigma ha estado más en ser indígena o en ser mujer?

XG› Mucho más el ser indígena. Ser mujer hasta el tema de no poder ir a la escuela o lo que sea, pero cuando yo me plantaba con mis clientes como una ingeniera preparada, capaz y contundente, me daban el trabajo. En esa parte no tengo problema porque yo no la he sufrido. No sé si me empoderé de más, pero si hay alguien que no podría quejarse de ese tema soy yo. Entonces creo que a veces hay una confusión cuando nos atacan a las mujeres en la política y confundimos que nos están atacando por ser mujeres; nos están atacando por ser políticas, de la misma manera en que se atacan por ser políticos.

Sí hay una violencia durísima hacia las mujeres en temas económicos. Lo que necesitamos es darle a las mujeres la posibilidad de competir para delegadas, para gobernadoras, para la Presidencia, de tomar los consejos de administración. Empoderarlas para que puedan tener una actividad productiva y que se puedan certificar.

Somos el primer lugar en desempleo en la Ciudad de México. Esto se debe a que resulta mucho mejor salir a poner un ambulante afuera; porque es mucho mejor tener cinco o seis programas sociales —el de madre soltera, el del hijo en la escuela, el de abuelo, el de adulto mayor—, y por ahí no va. Es mucho mejor tener un oficio que te permita ser autosuficiente. Ése va a ser mi gran trabajo con las mujeres: empoderarlas para que logren la autonomía económica.

Y cuando logren esto, la violencia a la que son sujetas en sus hogares va a empezar a caminar diferente. Porque entonces van a separarse del pendejo que las violenta; porque se sentirán con la posibilidad de salir adelante por sí mismas. Si tú te das cuenta. aquí en Miguel Hidalgo bajamos a la mitad el regalar dinero. Ahora tenemos becas y certificación laboral, y es la lógica en la cual yo quisiera caminar. No porque sea ojete y no quiera regalar dinero, sino porque estoy convencida que el mejor regalo a una persona es darle la autonomía económica con sus propias capacidades. Por otro lado, nunca me ha gustado el discurso de autoconmiseración. No lo soporto. «Es que nosotros, pobrecitos. Es que los indios son vulnerables». No. Algunos indios son vulnerables, no todos. Yo no tengo nada de vulnerable. No nos clasifiquen en grupos.

CM› Ciertos temas no pueden regularse desde una posición delegacional. Pienso, por ejemplo, en temas urbanos como movilidad y seguridad, ¿qué crees que debería realizarse desde una jefatura de gobierno para tener mayor repercusión?

XG› Es, sobre todo, un tema de chequera. Pero, aproximando la pregunta por otro lado, yo creo que debería haber más ingenieros diseñando constituciones; me preocupa que haya tanto grillo. Hay cuestiones que deberíamos de pensar más dentro un formato de ciudad. Por ejemplo, las vialidades. Esto de si es vía primaria entra el gobierno de la ciudad y si es secundaria la delegación es un relajo. Quien tenga la cuadrilla más rápido que llegue y después hacemos una bolsa de compensación, ¿no? «A ver, yo arreglé tantas vías primarias, pavimenté tanto…», así comenzaremos a pelearnos por los recursos de manera positiva porque a mí me va a súper interesar jalarme lana y el usuario va a estar beneficiado. Entonces tenemos que tener como bolsas centrales que al usuario le permitan un gobierno más eficiente.

Otro tema es la conducción del agua. Ésta no puede ser local ni municipal, pues es una cuestión urbana. Que quede muy claro, todo el tema es reposición de tuberías; Las Lomas está llena de tubería vieja que ocasiona bastante pérdida de agua. Estamos gastando 1000 millones para bombear agua, donde perdemos aproximadamente el 40%. Mejor invirtamos 400 millones en cambiar tuberías y así necesitaremos bombear menos agua. Necesitamos un pensamiento de ingeniero en la forma en que opera la ciudad, incluso en el manejo de la policía. Por eso yo sí creo que los procesos sistémicos le vienen bien a la ciudad. Generar un pensamiento que nos ayude a resolver los problemas de fondo y aprovechar las ventajas de cada delegación para compensar las deficiencias de las demás.

CM› Cambiemos el formato a hacerte unas preguntas de respuestas breves. Por ejemplo, ¿mariguana sí, o no?

XG› Quien la quiera, que la fume.

CM› ¿Con qué presidente te quedas?