El mayor problema en los océanos es la pesca comercial, al ser más perjudicial que la contaminación plástica y que incluso el derrame de petróleo, pues aunque no entrara ni un sólo gramo de plásticos en esos ecosistemas se seguirían destrozando por el hombre, de acuerdo con el documental “Seaspiracy:La pesca insostenible” trasmitido por la plataforma Netflix desde hace unos meses.
Dirigido por el cineasta británico, Ali Tabrizi, retrata el impacto que ha tenido el ser humano sobre la vida marina mediante la caza de delfines, ballenas, pescado y tiburones tanto en Taiji, Japón, como en otras partes del mundo, asimismo, resalta que el plástico es menos dañino que la pesca comercial.
Y es que, la industrialización total de la pesca está destruyendo el ecosistema a gran velocidad, dicha práctica ha sido la caza furtiva de la fauna a escala masiva desde el año 1950, capturando hasta 2.7 millones de peces cada año o hasta 5 millones de especies muertas cada minuto; si las tendencias actuales de pesca continúan, los océanos estarán vacíos para el año 2048.
Asimismo se señala que el 46% de la basura flotante en la “Isla de Basura” en el océano Pacífico, la cual tiene una extensión de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, corresponde a redes de pesca desechadas, las cuales son más peligrosas para la vida marina que las pajillas de plástico, porque están diseñadas para matar, mientras que los popotes sólo representan el 0.03% del plástico que entra en el océano.
Aunque se enfatiza que en muchos sitios web de las principales organizaciones marinas que luchan contra la contaminación por plásticos, se incita a dejar de usar todo tipo de estos productos, también el documental denuncia que éstas no mencionan lo que debe hacerse con los equipos de pesca y tampoco se habla de esta actividad en las campañas de plástico.
“Los barcos dedicados a esa actividad desechan una cantidad importante de cuerdas y redes, en donde incluso hay lugares inundados de equipos para pescar como la Isla Henderson, en el océano Pacífico”, se relata.