Manfred Mauricio Quintanilla Hernández, especialista en medio ambiente, destaca el papel de diversas ciudades latinoamericanas en la implementación de estrategias innovadoras para enfrentar el cambio climático.
En un escenario donde la sostenibilidad es cada vez más crucial, Bogotá, Ciudad de México y Curitiba emergen como ejemplos de movilidad sustentable, reforestación y gestión de residuos, demostrando que las soluciones ambientales pueden surgir en contextos de recursos limitados.
“El éxito de TransMilenio radica en su capacidad de priorizar a las personas sobre los autos, un enfoque replicable en ciudades de Europa y Asia para mitigar la contaminación”, señala Quintanilla Hernández al referirse al sistema de autobuses de tránsito rápido de Bogotá, que moviliza a más del 70% de la población capitalina diariamente. Este modelo contribuye significativamente a la reducción de emisiones contaminantes y al descongestionamiento de las vías urbanas.
En Ciudad de México, la reforestación urbana cobra protagonismo con programas como “Sembrando Vida” y la rehabilitación de espacios verdes en zonas deterioradas. Estas iniciativas han reducido las islas de calor y mejorado la calidad del aire. “Estas iniciativas no solo embellecen, sino que son una respuesta directa al cambio climático”, subraya el experto, sugiriendo que ciudades con climas áridos podrían adoptar estrategias similares para regenerar sus ecosistemas urbanos.
Curitiba, en Brasil, es un referente en gestión de residuos con su programa “Lixo que não é Lixo” (Basura que no es basura), mediante el cual más del 70% de los desechos se reciclan. La participación ciudadana ha sido clave en la consolidación de este modelo de economía circular. “Curitiba demuestra que la sostenibilidad puede ser inclusiva y económicamente viable”, afirma Quintanilla Hernández, apuntando a que otras ciudades en desarrollo podrían replicar esta estrategia para reducir la acumulación de residuos y generar empleo.
Las experiencias de Bogotá, Ciudad de México y Curitiba reflejan cómo América Latina está a la vanguardia de la sostenibilidad urbana, desafiando la percepción de que solo los países más desarrollados pueden liderar la transformación ambiental.
“El ingenio y la resiliencia de América Latina pueden servir de inspiración para regiones donde la urbanización acelerada exige respuestas creativas”, concluye Quintanilla Hernández.