San Felipe Usila, uno de los 570 municipios que conforman al estado de Oaxaca, es reconocido por sus muebles de madera y su rica gastronomía, donde destacan el mole negro y rojo, amarillo, las tlayudas con mole o asiento, las tortillas de maíz, las quesadillas de elote, tamales de diferentes moles, los chapulines asados y tasajo.
Pero además, cuenta con una joya gastronómica que ha cruzado fronteras: el Caldo de Piedra, un platillo de origen prehispánico que crearon los antiguos chinantecos.
Su origen nace de la necesidad de aprovechar los insumos locales, era servido para gobernantes y visitantes distinguidos de la comunidad, posteriormente, según la tradición, solo se preparaba por hombres con la finalidad de honrar a la mujer como símbolo de devoción y agradecimiento.
Así, los hombres de manera equitativa se dividen las tareas de pescar, conseguir los ingredientes, buscar la leña, hacer la fogata y seleccionar las piedras para calentarlas al rojo vivo, mismas que serán colocadas una a una (solo dos, máximo tres) dentro del agua fría para llevar a cabo la cocción.
El caldo de piedra consiste en pescado, cebolla, chile, jitomate, cilantro, epazote y agua, estos ingredientes son depositados en una jícara, en donde se dejan caer piedras al rojo vivo, provocando una cocción casi instantánea, por supuesto, la última piedra se retira antes de esto y se le agrega limón al gusto.
Hoy en día se prepara y se sirve en jícaras de manera individual pero anteriormente su procedimiento era en piedras grandes que se encontraban a la orilla del río, estas eran labradas en forma cóncava hasta adoptar la forma de olla.
A San Felipe Usila también se le conoce como Pueblo Agrio, en alusión a que se bebe pozol de maíz fermentado acompañado de cacao (el famoso popo) o también como “Morada de colibríes”, ya que su nombre proviene de huitzila, formación de huitzillin: colibrí.