Alejo Sánchez de Santiago, alcalde de Tolimán, sufrió una caída luego de que un hombre lo hizo tropezar aparentemente de manera intencional mientras el edil corría en medio de un grupo de peregrinos que se dirigían rumbo a la Basílica de Guadalupe.
Un par de videos muestran el momento en que el munícipe cae al suelo instantes después de que un hombre, vestido con pants negro con rayas blancas, de forma repentina le hizo una “zancadilla” mientras corría enmedio de los “guadalupanos”.
El incidente ocurrió el domingo en el Cerro del Perdón, donde, por tradición los peregrinos realizan una parada en su trayecto a la Basílica.
La pausa en el trayecto es para dar la bienvenida a las personas que por primera vez deciden participar en la procesión y consiste en hacerlos correr en medio de los peregrinos que al pasar le propinan “sombrerazos” y “empujones”.
Antes de caer, mientras el edil corría, y era objeto de los “sombrerazos”,- por lo cual se cubrió la cara con las manos-el individuo que vestía el pants aprovechó la confusión para hacerlo tropezar y caer.
Tanto el presidente municipal de Tolimán como el individuo que le “colocó el pié” se estrellaron violentamente sobre el camino pavimentado, enmedio de las burlas de los peregrinos. “Se cayó la bestia”, alcanzó a decir uno, entre risas.
A mediados de junio, el alcalde subió una imagen a sus redes sociales agradeciendo un regalo: un reloj metálico que, a simple vista, parecía un Rolex. Las críticas no tardaron. Usuarios de Facebook y medios locales cuestionaron si un funcionario municipal, en un territorio con altos índices de pobreza, debía portar un accesorio valuado en más de 400 mil pesos.
Sánchez aclaró que el reloj no era de marca y que había sido un presente de estudiantes de primaria, en agradecimiento por su apoyo en traslados escolares. “Ni siquiera sé la marca”, declaró a medios regionales. Prometió entregarlo al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), cumpliendo con la Ley General de Responsabilidades Administrativas.
La polémica se intensificó con la declaración del alcalde sobre su salario: 100 mil pesos brutos mensuales, según su versión. Esto alimentó el debate sobre la desconexión entre el poder local y las condiciones reales de la comunidad. En municipios como Tolimán, donde muchas familias sobreviven con menos de 3 mil pesos al mes, estas cifras generan molestia.
Un sueldo de seis cifras y la imagen de un supuesto Rolex no pasan desapercibidos, especialmente en contextos donde la desigualdad es palpable y constante.