En su primer día como titular del Poder Ejecutivo, Claudia Sheinbaum Pardo reiteró la necesidad de que la población la reconozca como presidenta de México, con “A”, con el fin de respetar el pasado de las mujeres y la lucha para alcanzar cargos de alto nivel.
Este 1 de octubre, luego de recibir la investidura presidencial de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum Pardo hizo uso de la palabra durante poco más de 40 minutos al centro de la Mesa Directiva de San Lázaro.
Aunque su discurso sobresalió por el reconocimiento de los pueblos indígenas, garantizar todas las libertades y negar la búsqueda de la militarización ―entre otras cosas―, la primera intervención de Sheinbaum como presidenta de México destacó por el emotivo mensaje que envió a las mujeres.
“Después de al menos 503 años, por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra amada nación; y digo llegamos porque no llegó sola, llegamos todas”, declaró.
Acto seguido, reiteró su deseo de ser reconocida como “presidenta” y no “presidente”; tal y como lo ha sostenido desde el pasado 2 de junio.
Hoy sabemos que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia de México y también sabemos que las mujeres podemos ser presidentas. Con ello, hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta, con a al final: al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniera, con a. Porque como nos han enseñado, solo que se nombra, existe”, expresó.
“Hoy quiero reconocer (…) a todas las heroínas anónimas, a las que con nuestra llegada a la presidencia hago aparecer. A las que lucharon por sus sueños y lo lograron; a las que lucharon y no lo lograron. Llegan las que pudieron alzar la voz y las que no pudieron. Llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas”, declaró.
Aseguró que junto a ella llegan a Palacio Nacional las mujeres indígenas; las trabajadoras del hogar; las bisabuelas, que no aprendieron a leer y a escribir; las tías, que encontraron en su soledad la manera de ser fuertes.
“Llegan las que soñaron con la posibilidad de que algún día, no importaría si naciéramos siendo mujeres o hombres, podemos realizar sueños y deseos, sin que nuestro sexo determine nuestro destino. Llegan ellas, todas ellas, que nos pensaron libres y felices”, agregó.
Asimismo, sentenció: “Soy madre, abuela, científica y mujer de fe y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”.