En la última sesión del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la Ministra Presidenta Norma Piña dijo que serán la sociedad y la historia las que “juzgarán a quiénes hemos juzgado”.
Al cerrar el telón de la Corte que nació con la reforma de 1994, expresó que mientras haya ciudadanos dispuestos a defender la justicia con integridad, México tendrá un horizonte de dignidad y libertad.
“La Corte ha recorrido un largo camino para construir su legitimidad, no me corresponde a mí valorar en qué medida ese objetivo se alcanzó, serán nuestras sentencias las que darán cuenta de ello, será la sociedad y la historia misma, las que juzgarán a quienes hemos juzgado”, sostuvo.
De igual forma, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Juan Luis González Alcántara Carrancá, Alberto Pérez Dayán y Alfredo Gutiérrez Mena fueron aplaudidos por la gente. En contraste, la única que no recibió ningún aplauso ni porra fue la autoproclamada “ministra del pueblo”, Lenia Batres Guadarrama. A su llegada, el silencio predominó en la sala.
Posteriormente y en su discurso, Norma Piña destacó el papel histórico del máximo tribunal, así como su legado de precedentes y resoluciones. “Su legado de precedentes y resoluciones han constituido un sólido bloque protector de los derechos fundamentales, garantizando, además, la progresividad de los derechos humanos.
En su discurso de cierre, Piña resaltó que este instante “cargado de memoria y futuro” servirá como recordatorio de que la justicia no es una obra conclusa, “sino una construcción viva que nos trasciende”.
“Quiero rendir aquí un homenaje a quienes día tras día, en silencio y sin reflectores, han sostenido la labor de este Tribunal: al personal jurisdiccional que al amparo de su constancia y de la mayor excelencia profesional, pone los cimientos de las resoluciones que adoptamos colegiadamente
“Su labor, muchas veces invisible para el público, es esencial para que las decisiones de este alto Tribunal se materialicen, y sobre todo para que se cumpla con el derecho de toda persona de acceder a la justicia.
“Mi mayor reconocimiento también al personal administrativo y operativo que hace posible que la maquinaria de la justicia nunca se detenga, ustedes, con su paciencia, su rigor y sobre todo con su vocación, han sido el latido invisible de esta institución”, manifestó.
De acuerdo con la ministra presidenta, el Alto Tribunal no es solo un órgano del Estado: “es la piedra angular de la justicia constitucional y el máximo garante del ordenamiento jurídico nacional, y un bastión en la defensa de la democracia y las libertades de todas las personas”.
“La Suprema Corte ha recorrido un largo camino para construir su legitimidad. No me corresponde a mí valorar en qué medida ese objetivo se alcanzó. Serán nuestras sentencias las que darán cuenta de ello. Será la sociedad y la historia misma las que juzgarán a quienes hemos juzgado”, finalizó su discurso, que fue fuertemente ovacionado por los asistentes y los propios ministros salientes como Javier Laynez, Margarita Ríos Farjat y Jorge Mario Pardo Rebolledo.