El proyecto del Viaducto Elevado Morones Prieto avanza conforme a lo previsto, consolidándose como una de las principales apuestas del gobierno de Nuevo León para mejorar la movilidad en la zona metropolitana de Monterrey.
Esta nueva vía rápida tendrá una extensión de 17 kilómetros y contará con seis carriles —tres por sentido—. Unirá el Puente Atirantado con la avenida Azteca, formando parte de un corredor estratégico que conectará directamente con la autopista a Saltillo y se extenderá hasta la caseta de la nueva vía hacia el Aeropuerto Internacional de Monterrey. Según estimaciones oficiales, esta obra beneficiará a más de tres millones de vehículos al año, reduciendo los tiempos de traslado en hasta 20 minutos.
“Va a ser una mega carretera exprés que le dará movilidad a toda la ciudad de Monterrey… va a mejorar significativamente la movilidad aquí de la ciudad”, expresó el gobernador Samuel García Sepúlveda durante una reciente supervisión del tramo en obra.
Además de su funcionalidad como vía exprés, el proyecto incorpora criterios de infraestructura inteligente y sostenibilidad. Está previsto que cuente con sistemas de monitoreo, asistencia vial, espacio para ciclovías y la construcción de un corredor verde de 24 hectáreas debajo del viaducto, con espacios peatonales y áreas de recreación. Las autoridades han asegurado que la obra no impactará el cauce del río Santa Catarina, al conservar su función como regulador hídrico y hábitat natural.
“Este proyecto demuestra que conservar y avanzar sí es posible”, afirmaron las autoridades locales, al destacar que la obra ya cuenta con autorizaciones de la Semarnat y Conagua, así como con estudios de impacto ambiental que garantizan su viabilidad.
El diseño del viaducto se inspira en modelos implementados con éxito en otras urbes mexicanas, como el segundo piso del Anillo Periférico en la Ciudad de México y el viaducto elevado de Calzada Lázaro Cárdenas en Guadalajara. Estas estructuras han demostrado su eficacia al permitir la separación de flujos vehiculares entre tránsito local y de largo recorrido, reducir la contaminación y aprovechar de forma más eficiente el espacio urbano.
Actualmente, el proyecto cuenta con avances en el levantamiento topográfico, estudios geotécnicos, hidrológicos y de impacto ambiental. La construcción avanza sin contratiempos y forma parte del denominado “Corredor FIFA”, infraestructura estratégica con miras a la Copa Mundial de 2026.
De acuerdo con expertos en temas medioambientales el viaducto tendrá como beneficios la reducción significativa de emisiones contaminantes al eliminar cuellos de botella y mejorar el flujo vehicular, lo que disminuirá la emisión de CO₂ y partículas suspendidas. También se prevé un ahorro considerable en el consumo de combustible, menor impacto territorial por su construcción elevada, e incluso la posibilidad de incorporar infraestructura verde como muros vegetales y jardineras filtrantes, que podrían contribuir a mitigar el impacto visual y ambiental en la zona del Río Santa Catarina.