México enfrenta una crisis hídrica originada en la forma en que se administra el agua, más que en su disponibilidad, coincidieron expertos durante el webinar “Revolución Hídrica: Soluciones que transforman el futuro del agua”, organizado por Rotoplas. En el foro se subrayó la urgencia de incorporar innovación tecnológica, reforzar la conciencia empresarial y crear instrumentos financieros como los bonos de agua para enfrentar el problema.
Cifras expuestas en el encuentro muestran que más de 35 millones de personas en el país carecen de acceso adecuado al agua, mientras que más del 60 por ciento del territorio presenta algún nivel de sequía. Además, la disponibilidad per cápita se redujo en un 30 por ciento durante las últimas dos décadas, lo que refleja una tendencia preocupante para el futuro del recurso.
Tamara Luengo, especialista en gestión de recursos hídricos, señaló que la raíz del problema está en la administración del agua. “Uno de cada diez mexicanos no tiene acceso a agua potable y uno de cada tres carece de saneamiento. Además, sólo 30% de las aguas residuales se tratan en México”, indicó.
Por su parte, Alejandro Sturniolo, director de estrategia de sostenibilidad en Aqua Positive, explicó que el modelo Water Positive propone que las empresas devuelvan más agua de la que utilizan mediante estrategias de reúso, captación pluvial y desalación. Este enfoque permite recuperar el recurso dentro de la misma cuenca, lo que impulsa soluciones empresariales con efectos concretos en la gestión hídrica.
Desde el ámbito industrial, Juan Pablo Rodríguez, director de Servicios de Agua de Rotoplas (RSA), comentó que la reutilización y la captación pluvial representan alternativas viables y sostenibles para las compañías. Afirmó que el aprovechamiento múltiple del agua contribuye a disminuir desperdicios y costos, mientras que las empresas comienzan a percibir el reúso como una inversión estratégica.
Rodríguez añadió que Rotoplas colabora con distintos sectores en el diseño y operación de plantas de tratamiento, además de promover la desalación en zonas costeras y la captación pluvial en techos de viviendas, comercios y plantas de manufactura. Estas acciones, dijo, ayudan a reducir el estrés hídrico y a mejorar la disponibilidad del recurso.
Al cierre del foro, los participantes coincidieron en que la educación y la innovación resultan esenciales para una gestión más eficiente del agua. “No basta con culpar a la industria o al gobierno; la sociedad también debe poner su granito de arena”, expresó Rodríguez. En tanto, Tamara Luengo sostuvo que la inversión en agua debe asumirse como una prioridad estratégica que garantice la continuidad de las operaciones empresariales y la estabilidad del país.















