En el 2007 lo extraditaron. Ahora, nueve años después, lo mandan de regreso. Héctor de Mauleón (El Universal), narra lacónicamente toda una personalidad y estilo de vida de uno de los más afamados narcotraficantes mexicanos: El Güero Palma. «Luego de exprimirlo, nuestros vecinos nos lo regresan», sentencia.
Carlos Marín (Milenio) critica el discurso del SNTE, luego de la captura de dos líderes clave de la sección 22 —entre ellos Rubén Núñez. En éste, José Antonio Altamirano enfatizó que el movimiento jamás ha sido de líderes sino de conciencia, y por lo tanto no se doblegarán ante los eventos acaecidos. La historia, relata el periodista, dice lo contrario.
En Reforma, Denise Dresser y Jesús Silva-Herzog Márquez continúan generando ecos reflexivos sobre las elecciones llevadas a cabo la semana pasada. Dresser, encarando objetivamente el triunfo del PAN, le manda un mensaje claro a Acción Nacional: «[…] estos no deben ser tiempos de triunfalismo sino de despriización». El PAN fue el tono de gris menos oscuro, pero gris oscuro al fin. Por otro lado, Silva-Herzog aprecia que en los comicios la riña estuviese entre partidos y no con candidatos independientes: «Los partidos políticos son indispensables para un pluralismo maduro. Son la primera opción para expresar la voluntad crucial del elector: respaldar o castigar al gobierno en funciones.» Concluye constatando que hubo un mensaje claro: el voto sirve. Éste, nos recuerda, «rehace el mapa del poder, aplica castigos, amenaza, recompensa».