Por: Enrique Valadez González.
Desde hace años ha habido una discusión pública sobre modificar o no, el mandato que debe cumplir el Banco de México (Banxico): el de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda mexicana, es decir, mantener controlada la inflación, y sumarle el de apoyar el crecimiento económico.
A esta discusión se sumó el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien la semana pasada dijo que le gustaría que el instituto central se ocupara también de procurar el crecimiento económico y no sólo de controlar la inflación.
De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Estado debe contar con un banco central autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración.
El 1 de abril de 1994, entró en vigor la reforma al artículo 28 de la Constitución mediante la cual se otorgó autonomía al Banco de México y el mandato prioritario de mantener el poder adquisitivo del peso.
Esta autonomía es un diseño institucional que ha funcionado, pues en los últimos años la inflación ha descendido, y de ubicarse en dos y hasta tres dígitos, ahora se encuentra en niveles de un digito, y cada vez más cerca de la meta de 3 por ciento +/- un punto porcentual.
La inflación —que en términos académicos significa un incremento constante y desordenado de los precios— afecta la economía de las personas de distintas formas, la principal: deteriora el poder adquisitivo de la moneda, es decir, “cada vez alcanza para comprar menos”.
Pero también disminuye la capacidad de planeación de los agentes económicos; eleva el costo real del crédito, puede inducir un proceso de desintermediación financiera y puede afectar la estabilidad del sistema financiero.
De ahí la importancia del mandato constitucional de Banxico, de procurar la estabilidad de la moneda y evitar costos económicos a los bolsillos de los mexicanos, pero también a la inversión, a la creación de empleos, a los salarios reales y por ende, al crecimiento económico.
En contraste, la Reserva Federal de Estados Unidos tiene un doble mandato: cuidar de la estabilidad de los precios, pero también favorecer el crecimiento económico.
Pero esto implica alcanzar dos objetivos que pueden resultar contradictorios, lo que dificulta el uso de los instrumentos de la política monetaria. ¿Por qué? Porque controlar la inflación, subiendo las tasas —por ejemplo— ralentiza el crecimiento económico, pues dificulta el acceso al crédito a muchas personas.
La víspera, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, enfatizó que “no es el momento” de que Banco de México tenga un doble mandato, como lo sugirió López Obrador.
Sostuvo que el Instituto central ha gozado de autonomía hace poco tiempo, y es necesario lograr una economía más madura, con menos desigualdad, para después abrir un debate al respecto.
Para lograr un crecimiento elevado y sostenido, es necesario un entorno de finanzas públicas sanas, pero ya lo dijo Agustín Carstens cuando fue gobernador del Banco de México:
la estabilidad macroeconómica es una condición necesaria, pero no es suficiente, para lograr un crecimiento acelerado.
El debate entonces sigue ahí. Mientras el país no vuelva a la senda del crecimiento sostenido y de tasas superiores al 7.0 por ciento, se buscará echar mano de todo para lograrlo…
Moralla
Preocupa que desde la administración de Andrés Manuel López Obrador, únicamente hayan quedado como promesas aquellas proclamaciones sobre devolver el poder a la clase trabajadora y combatir todas las malas prácticas que pudieran gestarse entre funcionarios públicos coludidos con proveedoras gubernamentales.
Hace un par de semanas, un operador de Morgan Express S.A. de C.V aseguró que la flota con que trabajan no cuenta con la documentación ni con las características de seguridad suficientes para garantizar el servicio ni la integridad de sus colaboradores o aquellos que también circulan por las rutas de la empresa.
Pero de investigaciones no se ha escuchado nada, y por supuesto, tampoco de sanciones para la empresa o para algún servidor público involucrado, pese a que dicha empresa acaba de ser contratada por la Conaliteg, por un monto de más de 84 millones de pesos, para que se encargue de la distribución de libros de este año en el norte, sureste y región Golfo del país.
Apuesta a lo grande
La organización The Linux Foundation Open Source Jobs Report detalla que los conocimientos sobre el llamado Open Source o Código Abierto son prioridad para el 80 por ciento de los empleadores de las compañías de tecnologías de la información.
Es por ello que Factoría IT, de la empresaria Claudia Rincón Pérez, ha captado la mirada de propios y extraños al combinar el Escritorio Digital y el Código Abierto, lo que se traduce en innovación, ahorros y competitividad para los clientes del sector público y privado.
Con el Escritorio Digital, Rincón Pérez coloca los dispositivos en función del usuario y de su puesto de trabajo, posteriormente recomienda a los clientes los servicios con software licenciado o el mismo servicio con un open source, pero que cueste menos. Práctica que sin duda alguna debe atraer a los funcionarios de la 4T y gobiernos estatales.
Así, los beneficios para los clientes, sean de la IP o del sector público, salen a relucir de inmediato con un ahorro en el gasto, ya que la firma mexicana opera las TIC a través de un solo contrato de servicios integrales, al tiempo de garantizar la protección a la información y respuesta inmediata.
Nos leemos el próximo martes…