Al más puro estilo de cuatroteísmo de promesas pospuestas o incumplidas, se hace un nuevo anuncio de otro plan de vacunación, con nuevos plazos -porque el anterior no se cumplió- y con cada vez menos dosis de biológicos, quizá para que no se salga del presupuesto, porque ya se acabaron los fondos de emergencia.
Y a fuerza de ser sinceros, el renovado plan anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador no genera confianza, porque como cuando llegaron las primeras tres mil vacunas y las casi 800 mil que se acumularon desde el 23 de diciembre, nunca se ha tenido la certeza de entregas seguras, en tiempo y cantidad.
Dejar de lado al personal de salud experimentado en estas labores, para incorporar a una decena de mirones y apenas incluir a unos cuantos planteles educativos para fungir como centros de vacunación, muestra como las cosas se siguen haciendo sobre las rodillas.
En octubre del año pasado, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez anunció con bombos y platillos que México adquiriría 198 millones de vacunas contra el Covid-19; recientemente, el mismo funcionario habló de la compra de 256 millones de dosis.
En enero pasado, el jefe del ejecutivo habló de la adquisición de 174 millones de dosis; y ahora resulta que, si bien nos va, se compraron 140 millones. De entrada, el gobierno ya “desapareció” entre 58 y 116 millones de dosis y casi siempre el monto a pagar lo han dejado fijo en 32 mil millones de pesos.
En el supuesto de que la cifra de vacunas sea la más reciente mencionada por el primer mandatario, cada vacuna tendría un costo unitario de 228 pesos, cifra muy lejana de cuando López Obrador aventuró que costaría cuatro dólares cada unidad.
Todas estas contradicciones explican por qué el gobierno lopezobradorista decidió reservar -mantener en secreto- todos los gastos relacionados con el combate al coronavirus, por cinco años; es decir, hasta después de que López Obrador se haya ido.
“Ya se va a empezar a vacunar a todo el pueblo de México, comenzando con los adultos mayores, y esto nos va a proteger para no enfermarnos, para no padecer, para no seguir sufriendo de esta pandemia, de este virus.
“Esto nos va a ayudar mucho, el que ya se tenga adquirida toda la vacuna, 140 millones de dosis, 32 mil millones de pesos, que ya se tienen, ya se compró toda la vacuna que se necesita para proteger a nuestro pueblo”, señaló López Obrador durante una gira por Oaxaca.
No conforme, con estos y otros dislates, el tabasqueño ponderó el proceso de investigación de las vacunas Soberana 1 y Soberana 2 en Cuba, y anticipó que en México también se desarrolla un proceso para generar una vacuna, de la que dijo ya sugirió se llame “Patria”.
Al paso que vamos, seremos la patria de las vacunas de nunca jamás, sobre todo si tomamos la experiencia previa de vacunación y si consideramos que la mexicana puede resultar de la misma excelente calidad a la de los ventiladores creados por el Conacyt.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
A punto de llegar a los 180 mil muertos por Covid-19, un verdadero cataclismo, al alcanzarse tres veces el escenario catastrófico previsto por el vocero de la pandemia, Hugo López Gatell, queda en duda su capacidad como especialista en la materia, más no sus fracasos con su sistema centinela y su semáforo epidemiológico, por más que lo presuma el presidente.