La suerte de la elección en Guerrero está echada. La resistencia de Félix Salgado Macedonio y de Pablo Amílcar Sandoval a ceder en sus pretensiones de lograr la gubernatura a como dé lugar, y el desgaste que eso acarreó a Morena y al Presidente de la República, hacen que la entidad sea una verdadera moneda de cambio.
Las únicas dos cartas fuertes que aseguraban el triunfo de Morena para la gubernatura guerrerense quedaron devaluadas a su mínima expresión por la postura irreductible de ambos “suspirantes” a la candidatura, por lo que nuestra “garganta profunda” de Palacio Nacional nos confía que si el resto de los 14 cargos a gobernador se complica, Guerrero podría ser “cortacesionado” para la alianza PRI, PRD, PAN.
La decisión salomónica de hacerlos bajar, al primero con la resolución de la Comisión de Honor y Justicia de Morena, y al segundo, de manera voluntaria (a fuerzas), para que su hermana, la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, permaneciera en el cargo, tuvo costos importantes para su partido y para el presidente Andrés Manuel López Obrador, que está más que molesto con ambos contendientes.
En primer lugar porque Amílcar Sandoval, la mejor carta de Morena para la contienda del próximo 6 de junio se negó a abandonar la candidatura, luego del golpe de timón que hubo que dar tras la riqueza que les fue exhibida a su hermana, Irma Eréndira, a su cuñado, John Ackerman, y a él mismo, lo que vulnera dos banderas primordiales de la 4T y del primer mandatario: la honestidad y la austeridad.
Amílcar Sandoval, hijo y sobrino de los legendarios líderes comunistas, Pablo y Cuauhtémoc Sandoval, respectivamente, nunca aceptó bajarse, pese a que la indicación provenía de Palacio Nacional; no obstante a ello, enfocó sus baterías contra Félix Salgado, por suponer que parte de la guerra sucia en su contra la desató el controvertido político.
En tanto que el segundo, Félix Salgado Macedonio, también se resistió a abandonar la candidatura, luego de la guerra en su contra, desatada por feministas auténticas y artificiales, por supuestas agresiones sexuales contra algunas mujeres, varias de las cuales revivieron sus denuncias penales en plena contienda electoral, y de lo que Salgado Macedonio responsabiliza en parte a su correligionario Amílcar Sandoval.
El lodo salpicó a ambos bandos, ante el beneplácito de los adversarios. Lo cierto es que, según fuentes priistas y perredistas consultas por En Corto, la estrategia para minarlos provino de dirigentes de esos partidos que usaron información privilegiada, pero también la política del divide y vencerás, atribuida al político, militar y dictador romano Julio César y replicada posteriormente por Maquiavelo y Napoleón Bonaparte.
Su terquedad por convertirse en el próximo gobernador de la entidad a toda costa y a cualquier costo, los hizo cegarse, a grado tal que ambos cayeron en el juego que les tendieron sus opositores, particularmente los priístas y perredistas, que conocen a la perfección sus debilidades y fortalezas, y que sumaron a los panistas en esta guerra sucia.
La decisión salomónica de abrir a estos dos personajes del proceso electoral implicó un largo y sinuoso camino para Morena y para el creador de este partido, el presidente López Obrador, quien a través de personeros hizo llegar su señal, la cual era lapidaria: ninguno de los dos.
Sin embargo la operación tuvo que ser muy fina en el caso de Félix Salgado Macedonio, para no herir susceptibilidades, pero sobre todo, para no cargar con heridos durante la contienda, que a la postre se convierten en un pesado lastre, pero también para evitarle un desgaste al Presidente con Félix Salgado, con el que tiene muchas semejanzas.
La salida, ante la resistencia de éste, fue la Comisión de Honor y Justicia de Morena, que preside la activista social Eloísa Vivanco, y que tuvo que resolver la reposición del procedimiento, es decir, la realización de una nueva encuesta, lo que deja de manera momentánea sin la candidatura que ya había obtenido.
Una consulta realizada por este columnista a un dirigente de Morena, que pidió como condición el anonimato, nos reveló que es mera formalidad lo de la separación temporal de Félix Salgado Macedonio de la candidatura; que no se quiso hacer “lastimosa su bajada del barco” para evitar que termine por jugar en contra, pero que la verdad no será más el candidato de Morena y que operarán para que eso suceda.
De la misma forma explicó que al mismo tiempo se tuvo y tiene que operar para que su “caída” no se la atribuyan como triunfo a las feministas y quienes las manipulan.
Por lo que hace a Amílcar Sandoval, la operación fue más sencilla, pero no por ello menos delicada; o se retiraba él o se iba su hermana del gabinete de la 4T.
Esa fue la razón por la que, según nuestra fuente, Amílcar optó por la retirada a través de un tweet madrugador.
Frente a esta situación, lo que se vislumbra es un tercero en discordia y dada la actual efervescencia política desatada en la entidad, con el movimiento feminista, todo apunta a que la abanderada de Morena a esa gubernatura será una mujer.
En Cortito: Nos cuentan que la reciente visita a Campeche del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto, causó gran inquietud entre la clase política del estado. Nos dicen que la orden de Palacio Nacional es estar al pendiente de que los gobernadores no desvíen recursos públicos en las próximas elecciones del 6 de junio. Y que ese fue el mensaje que envío el presidente López Obrador al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, con la visita de Nieto a tierras campechanas. Lo aún más interesante es que el titular de la UIF se dio su tiempo para saludar a un entrañable amigo, Renato Sales Heredia, quien en los próximos días recibirá su nombramiento como candidato de Morena a la presidencia municipal de Campeche. El anunció será junto con el de Layda Sansores, que contenderá por la gubernatura en busca de lograr la alternancia en la entidad, después de tantos años gobernado por el PRI.