El agua es uno de los recursos más importantes de nuestro planeta, prácticamente el 75% de la superficie está cubierta por agua conformando los océanos y es este gran volumen de agua salada el que nos da el nombre de planeta azul, y que permite la supervivencia de aproximadamente un millón de especies conocidas y se estima que al menos medio millón más por conocer; también regula el clima de nuestro planeta, a través del ciclo del agua y su interacción con la atmósfera, la superficie del océano absorbe la energía térmica de la radiación solar y cuando esta alcanza una temperatura suficiente se evapora y se eleva desde los océanos, llevándose también el calor de la superficie terrestre.
Los organismos estamos constituidos algunos más otros menos por un enorme porcentaje de agua, en el caso del ser humano constituye el 60% de nuestro cuerpo, células, ojos, y básicamente todos los tejidos de nuestro cuerpo tienen y requieren del agua, por ello se entiende como un compuesto vital, pues debido a sus propiedades permite un sinnúmero de reacciones en el organismo.
Aunque estamos rodeados de agua no toda se puede usar por el hombre, el agua salada no es apta para uso y consumo humano, de toda el agua solamente el 2.5 al 3% corresponde al agua dulce y la mayoría se encuentra almacenada en los glaciares, el agua disponible es aquella que se encuentra en ríos y lagos, pero sobre todo en almacenamientos subterraneos conocidos como mantos freáticos, de donde extraemos la mayor parte del agua que consumimos.
El agua juega un papel fundamental en los ciclos biogeoquímícos, que permiten el reciclado continuo y permanente de la materia y la energía en nuestro planeta, el ciclo hidrológico permite el desarrollo de la vegetación sobre la corteza terrestre, acarrean nutrientes del suelo hacia ríos, lagos y océanos donde permite el desarrollo de microorganismos, principalmente algas que proporcionan oxígeno al planeta entero.
Cada 22 de marzo se conmemora el día mundial del agua para recordarnos la relevancia de este líquido escencial, y aunque prácticamente todas las actividades humanas involucran el uso de agua dulce, aproximadamente 2,200 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable, por ello es tan relevante hacer conciencia de la crisis mundial del agua, recordemos que el sexto objetivo de desarrollo sostenible 2030 se refiere a garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos, sin embargo, hay mucho por hacer para alcanzar este objetivo.
Uno de los principales problemas es el incremento en la demanda de agua debido al crecimiento poblacional, las demandas agrícolas e industriales y el efecto del cambio climático sobre los recursos hídricos, estos y otros intereses determinan hacia donde movemos el agua, pero no hay un reparto equitativo, lo que incrementa la desigualdad.
La forma en la que valoramos el agua determina como se gestiona y se comparte, no nos referimos al precio, si no al valor que tiene en la salud, la cultura, la educación, los hogares, la economía y la integridad del entorno natural que nos rodea, no hay que olvidar que el agua es un recurso finito e insustituible por lo que las acciones para frenar el deterioro son indispensables, aunadas a una gestión equitativa y responsable que considere lo primordial que es este recurso dentro de los ecosistemas y mantener todas las formas de vida de nuestro planeta, recordemos que sin agua no hay vida.