¿Serán, acaso, los otros datos los que hacen exitosas las relaciones entre México y Estados Unidos; o bien, a través de la donación de vacunas, nos están inoculando la agenda que más conviene a los intereses de nuestro vecino del norte? ¿Cómo es que se pasó del muro del “amigo” Donald Trump a recibir millones y millones de dosis anti coronavirus, sin amagos?
Los cada vez más frecuentes encuentros entre funcionarios de ambos gobiernos, más bien reflejarían la existencia de serias dificultades en los vínculos entre las administraciones de Biden y López Obrador. Una revisión a vuela pájaro de los principales diarios mexicanos, dan cuenta de una gran variedad de diferencias entre los dos gobiernos.
Sin ser notas de primera plana, se ha hecho público que Estados Unidos ha adoptado una postura más exigente en sus tratos comerciales con nuestro país. En los sectores pesquero y agropecuario, los productores mexicanos encuentran mayores obstáculos para poder ingresar al mercado norteamericano; lo mismo ocurre en el rubro automotriz.
Sin embargo, las mayores trabas se encuentran en el ramo energético, donde son más los desacuerdos que las coincidencias, por los cambios de reglas o no respetar acuerdos previos que pretende López Obrador y que perjudica a importantes empresas estadounidenses, cuyo desenlace podría complicar los lazos amistosos que, en apariencia son buenos.
El énfasis que pone el gobierno mexicanos en los asuntos migratorios, sin embargo no se han traducido en la apertura de la frontera; el pretexto de la pandemia, parece insuficiente para limitar el ingreso normal de mexicanos hacia territorio norteamericano y las detenciones no han disminuido de manera significativa.
El cuidado del medio ambiente es otro aspecto donde las visiones difieren entre una y otra administración. El tráfico de armas y drogas son asuntos neurálgicos en la agenda bilateral y el camino para una pronta solución es casi imposible por los fuertes intereses que están en juego, más allá de lo puramente legal.
Estos y otros pendientes, que son de larga data y con profundos momentos de desacuerdo en el pasado y en el presente, por lo que calificar de exitosas las reuniones se asemeja más a la expresión de “misión cumplida” que pronunció el Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, al recibir las primeras tres mil de las 250 mil que se dijo se adquirirán para combatir al Covid-19.
Lo más probable es que estemos frente a algo similar a lo que se incluyó en la renegociación del Tratado de Libre Comercio, donde se permite la supervisión -vigilancia- de Estados Unidos para que se cumplan los compromisos contraídos.
Haber pasado de la rudeza trumpiana al guante blanco de Biden, en forma alguna a puede interpretarse como la renuncia a la protección de los intereses de Estados Unidos. Lo importante es conocer cuáles son los términos de pago por los apoyos recibidos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El “pequeño rebrote” -López Obrador, dixit- de coronavirus, ya alcanzó la más alta cifra de contagios de toda la pandemia.
@Edumermo