Justo a la mitad de la nada, cuando lo previo no se ha ido y el presente no termina por llegar, porque la actual política junta lo peor de ambos mundos y la improvisación se traduce en trompicones por todos lados, el presidente Andrés Manuel López Obrador dará su tercer informe de gobierno para decirnos que todo está inconcluso y que no le fallará a los mexicanos.
Será, a contrapelo del mensaje con el que el oficialismo promueve este acontecimiento, un informe de “hechos, no; palabras sí”. Los nimios avances en materia de seguridad, economía y salud han puesto a prueba la resiliencia de la población, que en los últimos tres años demuestra que es más grande que sus autoridades, alas que sobrepasa con mucho.
Por más que López Obrador vaya a enaltecer sus programas sociales, estos no impidieron que más compatriotas engrosaran las filas de la pobreza: la extrema, la simple y la laboral y que, en cambio, sus beneficios ayudarán a los sectores con mayor capacidad económica, situación que coloca a la administración actual en la ortodoxia más rancia del neoliberalismo, del que reniega un día sí y el otro también.
Del Estado obeso, pasó al Estado famélico y no por ello lo volvió eficiente. En realidad, ahora tenemos un gobierno inoperante en muchos renglones; por tanto, más caro en la toma de decisiones y negado a transparentar sus gastos.
Un ejemplo claro de ello es su estrategia de combate al robo de combustibles. Si tomamos por ciertas las cifras oficiales sobre este fenómeno, llegaríamos a la conclusión de que en el gobierno se practica el “huachicoleo del huachicol”.
En 30 meses, el gobierno informa que se han ahorrado más de 162 mil millones de pesos, lo que daría un promedio de 5.4 mil millones cada 30 días. Cifra que puede ser creíble.
Lo que no lo es, es cómo entre octubre y diciembre de 2020, los “ahorros” fueron de 47 millones y en el primer semestre de este año, se sumaron casi 43 mil millones más; es decir, que en nueve meses, el gobierno supuestamente ahorró 90 mil millones de pesos, más de la mitad del total cuando se supone el robo de gasolinas había disminuido en forma significativa.
Tampoco el gobierno ha informado cuál ha sido el destino de los millones de litros recuperados, ¿si se devolvieron a Pemex y se pusieron a la venta con los distribuidores o a dónde fueron a parar?
Aclarar esta situación es fundamental para desvanecer las sospechas de posibles malos manejos de los combustibles recuperados.
Según los propios informes oficiales ahora se roban apenas entre el 10 y el 15 por ciento de lo que sustraían en enero de 2019, por lo cual resultan inverosímiles los números que ofrecen Petróleos Mexicanos o la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Y como este caso, casi todas las acciones del gobierno lopezobradoriano simplemente no llevan a ningún lado. Estamos, justo, a la mitad de nada, ni para atrás ni para adelante.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Al conmemorarse el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, López Obrador propuso crear una comisión de la verdad de la llamada “guerra sucia”. En su gobierno se han registrado 52 mil desaparecidos.
@Edumermo