Sin la captura de peces gordos que presumir, el fiscal Alejandro Gertz Manero, que no recibe órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador, tampoco puede atrapar pececitos, pues muchas de las denuncias que ha formulado su dependencia carecen de sustento jurídico sólido necesario.
De Emilio Lozoya, en detención domiciliaria por los casos Odebrecht y Agronitrogenados, después de más de un año, no se ha sabido gran cosa. O es mucho el sigilo con el que está actuando la Fiscalía General de la República o las pruebas con las que cuenta son insuficientes.
En cambio, la reputación de Gertz Manero se encuentra en entredicho por los asuntos relacionados con familiares y por el supuesto plagio de parte de un documento para obtener su incorporación, al máximo nivel del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Como para que la gente se percatara que la FGR no es un convidado de piedra en la actual administración, la institución presentó una denuncia en contra de 31 académicos que, presumiblemente, cometieron diversos delitos en perjuicio del Conacyt.
La carpeta de investigación abierta contra los científicos fue iniciada por la Fiscalía Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada y comprende la posible comisión de ilícitos relacionados con operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado y delincuencia organizada.
La desmesura de una acción de esta naturaleza, generó una corriente de opinión a nivel nacional en contra de la mencionada disposición de la Fiscalía. Pero más allá de las simpatías o antipatías, un juez federal del Centro de Justicia Penal Federal en Almoloya, estado de México, negó en definitiva a la Fiscalía General de la República (FGR) girar órdenes de aprehensión contra los académicos e investigadores.
De acuerdo a la información disponible hasta el momento, el impartidor de justicia consideró que “el mandamiento no se ajusta a los tipos penales”, ya que los académicos sí tenían facultades para recibir el dinero y administrarlo con base al artículo 38 de la Ley de Ciencia y Tecnología.
Con ello queda la impresión que, por impericia u omisión, el personal de la FGR y su titular adolecen de la preparación suficiente para fundamentar debidamente las denuncias que presentan.
La determinación del juez, de paso, le da su raspón al primer mandatario que, durante su mañanera de este miércoles, afirmaba muy orondo: “Tengo entendido que sí (hay órdenes de aprehensión), porque se presume que hubo malos manejos de recursos en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, pero esto lo va a resolver el juez y el que nada debe, nada teme; es que tenemos que combatir la corrupción, desde luego más arriba, de arriba hacia abajo, parejo”, dijo.
Y ya encarrerado, recalcó el objetivo de su gobierno de combatir la corrupción en todos los frentes para evitar episodios como el del sexenio pasado, identificado como “La Estafa Maestra”, en la que se coludieron incluso rectores de universidades.
Por su parte, el rector de la UNAM, Enrique Graue, expresó que “es inevitable manifestarnos ante la creciente preocupación y desasosiego que ha surgido entre integrantes de la comunidad académica nacional, por este despropósito, por esta acusación inconcebible de asociación delictuosa”.
Gertz Manero suma, así, un revés más a su ya larga cadena de fracasos, lo que se traduce en incredulidad de que el gobierno cuatroteísta realmente esté dispuesto a erradicar la corrupción. Mientras, funcionarios del pasado y familiares del presente, peces gordos y pececitos, siguen chapoteando.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Además de los feminicidios, que rompió todos los récords en agosto pasado, se ha registrado un aumento en delitos cometidos por servidores públicos, reconoció la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, lo que lleva a pensar que López Obrador tendrá que comprar una escoba más grande.
@Edumermo