La decisión del INE de posponer -diferente a suspender o cancelar- la consulta sobre la revocación de mandato, ha derivado en una división más profunda entre los seguidores del presidente sin nombre y quienes difieren de él; posturas irreconciliables y ofensas mutuas pueblan el debate y ceden el paso al odio.
La polarización a la cual se ha llegado por este motivo, ha reconcentrado la animadversión entre estos dos grupos y no contribuye al reencuentro de los mexicanos. Por el contrario, se acentúan las visiones absolutistas, sustentadas más en prejuicios y ofensas que en el razonamiento.
En casi 100 años, los mexicanos no habíamos llegado a una situación como la actual. Desde el teatro en atril mañanero se propicia y fomenta este clima enrarecido, al tratar de desacreditar puntos de vista diferentes al evangelio cuatroteísta, que se pretende presentar como verdad absoluta.
Escenografía perfectamente montada para que el mandatario innombrable de vida a su distopía, a la cual denomina cuarta transformación o cambio de régimen.
La definición de distopía es: “Sociedad imaginaria bajo un poder totalitario o una ideología determinada, según la concepción de un autor determinado, que sería lo opuesto a la utopía”.
En la consulta sobre revocación de mandato, el cuatroteísmo encontró el pretexto perfecto para continuar con su labor de zapa contra el poder judicial y los organismos autónomos, en especial el INE. La mentira se ha convertido en el ariete para minar los cimientos de la división de poderes y de la existencia de contrapesos al poder presidencial.
Crear la confusión entre revocación y ratificación es la principal argucia; le sigue el hecho de que sea el gobierno y no la ciudadanía el principal promotor de este ejercicio, porque en realidad lo que se busca es “confirmar la popularidad” -Marcelo Ebrard, dixit- del presidente sin nombre y no la posible remoción del cargo que desempeña.
En oposición a esta postura del oficialismo, importantes sectores sociales han lanzado una campaña para descalificar la consulta. Al igual que las huestes de la 4T, caen en la estigmatización del adversario. La única razón en ambos bandos es: porque lo digo yo.
Así hemos llegado a este ambiente absolutista, donde lo importante no es mejorar las condiciones económicas y democráticas, sino enfrascarse en esta
especie de duelo entre distopías, para ver cuál es la que se impone a la otra.
Paradójicamente este punto en común entre concepciones rivales, impide el acercamiento. En los dos frentes importa más vencer que tener la razón y nos hemos convertido en una sociedad bipolar y distópica.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La población que radica en la Ciudad de México es la de menor satisfacción con la vida, de acuerdo con la primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) 2021, del Inegi. Y con los nuevos impuestos que cobrará “la chica de rojo”, menos.
@Edumermo