Tenemos un gobierno deshilachado, pues según el propio mandatario sin nombre y sin gracia, las empresas lo engañan, a él, que tiene la mirada en todo y sabe todo, excepto cuando se trata de sus propias obras, como el Tren Maya, que apenas está realizando gestiones de impacto ambiental para el tramo 5.
El “big brother” de Palacio Nacional parece no estar funcionando como se esperaba, pues mientras sí se da cuenta de que la compañía Calica sigue laborando en Playa del Carmen, cuando se había comprometido a no hacerlo y la va a sancionar, en el caso de una de sus obras insignia, en la misma zona, no observa el daño ecológico que se está causando.
Según cálculos de especialistas, en las obras del Tren Maya por Chiapas y Quintana Roo se han talado más de 8 millones de árboles, aunque oficialmente sólo se reconocen 300 mil, que de todas maneras son demasiados y más si se toma en cuenta la promesa de que no se talaría un solo árbol.
Tal vez sin darse cuenta o sin tapujos, el responsable de la obra, el general Vallejo reconoció en la mañanera de este lunes, frente al mismísimo presidente sin gracia, que… “ya estamos tomando acciones, estamos elaborando la manifestación de impacto ambiental con instituciones de educación superior de prestigio, en áreas de investigación del medio ambiente”.
Y ese es sólo el caso más reciente. Pero hay otro también muy actual y bastante llamativo en Segalmex, Seguridad Alimentaria Mexicana donde, en apariencia, los “servicios informativos” presidenciales fallaron de fea forma, pues supuestamente nunca se percató del desfalco millonario cometido en tan sólo tres años.
De acuerdo con datos oficiales, los ilícitos cometidos rondarían los 10 mil millones de pesos, cantidad que representa dos veces el monto de la mal llamada “estafa maestra”.
Y eso es sólo de un organismo, aunque en este caso el mandatario sin gracia finge demencia, pues desde antes se había hecho público el desfalco, por la propia Secretaría de la Función Pública y de la Auditoría Superior de la Federación. Y aún así, sin siquiera un jalón de orejas, premió a Ignacio Ovalle con un puesto menor, junto a su primo, en la Secretaría de Gobernación.
No en la misma dimensión, pero algo similar ocurre con el aeropuerto de Santa Lucía, que fue inaugurado sin estar terminado al 100 por ciento, supuestamente sin un costo mayor, gracias a las labores de “persuasión” con los contratistas; mecanismo que al parecer ya perdió vigencia, pues se han paralizado obras por falta de pago a proveedores.
La refinería de Dos Bocas se suma a esta tendencia, pues le fue imposible cumplir con la promesa de no sobrepasar el presupuesto original. oficialmente se reconoce un sobrecosto de mil millones de dólares (20 mil millones de pesos), aunque otros estudios dicen que su costo final será cercano al 50 por ciento más de los 8 mil 500 millones de dólares programados.
Es decir, el “big brother” pala-ciego no es confiable o, de plano, mienten y engañan al presidente sin nombre. En cualquiera de los casos, indicaría que no tiene los hilos bajo control, a menos que se trate del “cochinote” que se está juntando para las elecciones de aquí al 2024.
Eso sí tendría que parchar y hacer un sinfín de dobladillos con mucha calidad, para que esa labor de zurcido invisible no termine por mostrar los dobleces que ya se evidencian, tanto interna como externamente y que lo colocan en una posición incómoda.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
“En ningún momento ha existido impunidad. La reparación del daño es sinónimo de justicia y su acción se da en el marco de la Constitución y del Estado de derecho. Ni impunidad ni olvido, tan sólo verdad, justicia, reparación integral del daño y la garantía de la no repetición”, dijo Ernestina Godoy, Fiscal de la CDMX, quien nunca habló de “castigo a culpables” por el derrumbe de un tramo de la Línea 12 del Metro.
@Edumermo