Desde que llegó AMLO a la Presidencia de la República, hemos visto una serie de acosos, ataques y ofensivas hacia todos los actores que no comparten la visión de la autollamada 4T o de quienes se atreven a criticarla en lo más mínimo.
Uno de los organismos que más le incomoda al habitante de Palacio Nacional, ha sido el Instituto Nacional Electoral (INE), quien se ha visto amenazado y amagado por él, así como su titular, Lorenzo Córdoba, sin mencionar la cantidad de empleados que fueron y son investigados por la Unidad de Inteligencia Financiera por el sólo hecho de laborar ahí.
La Jefa de Gobierno, fiel seguidora e incondicional de AMLO, al igual que el grupo parlamentario de MORENA, han emprendido las mismas acciones a nivel local atentando contra la democracia que tanto nos ha costado construir.
Muestra de ello, es la reforma a diversas disposiciones del Código de Instituciones y Procedimientos electorales de la Ciudad de México aprobada en la madrugada del pasado viernes, con el objetivo de debilitar al Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) presentada por el Grupo Parlamentario de MORENA, y el cual fue convocado y aprobado de manera ventajosa e ilegal.
Pero lo preocupante no es la forma, sino el fondo, ya que a través de esa iniciativa, se pretende causar un doble daño, ya que por un lado, dejará sin empleo a 105 trabajadores, y por el otro, habrá un retroceso en la democracia de la capital del país, ya que desaparecerían áreas clave, como la Unidad Técnica de Fiscalización y Unidad de Género y Derechos Humanos, entre otras.
Este ataque a la democracia se ha emprendido con el pretexto de ahorrar 52.4 millones de pesos, pero al mismo tiempo, se otorgan alrededor de mil millones de pesos para el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), más de 255 millones para los médicos cubanos, o los más de 400 millones para promoción de imagen de la Jefa de Gobierno, sólo por citar tres incongruencias.
Este sería el primer ataque a la democracia de la capital del país, a la que seguramente le seguirían ataques al INE y la disminución de su presupuesto, para posteriormente dejar las elecciones en manos del “pueblo “sabio”, el cual pueda removerse a contentillo del político perteneciente a la 4T en turno.