El camino hacia la militarización del país continúa su curso de manera evidente, tras la aprobación en la Cámara de Diputados de la iniciativa que pasa el control operativo, administrativo y financiero de la Guardia Nacional, a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Tras este acto autoritario, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, inmediatamente salió a defender la iniciativa de su Jefe para opinar que la Guardia Nacional es un cuerpo de seguridad que está “dedicado a construir la paz en el país”.
Lamentablemente estas acciones nos vuelven más vulnerables, ya que esto provocará mayor impunidad, los elementos de la corporación militar serán juzgados en el fuero militar en caso de que cometan delitos en el ejercicio de sus funciones o al amparo de las mismas, incluyendo los casos de violaciones de derechos humanos.
Ante dichos eventos, el líder nacional del PAN Marko Cortés, manifestó que en conjunto con la oposición, interpondrán una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación a efecto de detener esta incorporación por violaciones flagrantes a la Carta Magna.
Lo anterior deja en evidencia la verdadera intención que desde el 2018 tenía el Presidente y revela que los señalamientos de la oposición fueron ciertos: que siempre fue el Ejército quien se encargó de la seguridad pública, que eso de “los militares regresarán a sus cuarteles” y que la Guardia Nacional tendría un “mando civil” siempre fueron mentiras, que hoy no se pueden ocultar, al igual que el sol y la luna, como diría Buda.