A 53 años del movimiento estudiantil del 68, el Partido del Trabajo señaló que es uno de los episodios más ominosos de la historia de México, pero también significó un hecho sin precedente que dio impulso a la vida democrática del país y reivindicó las libertades del pueblo.
El Coordinador Nacional del PT, Alberto Anaya Gutiérrez, indicó que los jóvenes decidieron salir y tomar las calles en busca de libertad, democracia, respeto a la protesta y la tolerancia, por lo que condenó categóricamente la peor represión que el gobierno mexicano ejerció en contra de estudiantes.
“La masacre del 2 de octubre es inmoral. El gobierno de Díaz Ordaz decidió aniquilar toda disidencia política y silenció la voz de los estudiantes, cuyas legítimas demandas se toparon con la represión de un Estado autoritario”, subrayó.
El dirigente petista indicó que “este lamentable y ominoso episodio se convirtió en un parteaguas de los derechos democráticos del país”. La lucha estudiantil, añadió, es el sustento ideológico que forjó a otros movimientos y organizaciones sociales.
Señaló que ahora, con un nuevo gobierno surgido del pueblo y para el pueblo, se vive una realidad distinta a la de hace 50 años. “Han quedado atrás los tiempos de represión y el uso de la fuerza, para dar paso a una transformación pacífica, a un gobierno que privilegia el diálogo, la tolerancia y la paz”, puntualizó.
Anaya Gutiérrez sostuvo que el ¡2 de octubre no se olvida!, porque “los jóvenes estudiantes fueron y serán siempre imprescindibles para los cambios sociales y políticos del país”.
El Partido del Trabajo “reconoce sus enseñanzas y honra la herencia de su movimiento para la construcción de un México más justo, democrático y con libertades”.