Alrededor de 600 mil muertes son las acumuladas durante los tres primeros años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador; difuntos que, suponemos, son a los cuales el primer mandatario está honrando en estos días de retiro en su rancho.
Debe ser tan inmensa la pena por la cual pasa, que prefirió resguardarse de las miradas extrañas, no fuese ha ser que una lagrima furtiva se le escapara y pudiese manchar la investidura presidencial.
Si en la Ciudad de México se estimó en alrededor de un millón de personas las que asistieron a ver el Desfile del Día de Muertos; un buen porcentaje de los 600 mil deben estar marchando por los terrenos de Palenque, para recordarle al presidente López Obrador lo inútil de sus fallecimientos.
Igualmente imaginamos que la ofrenda presidencial debe ser de dimensiones monumentales, por el número de muertos registrados, tanto a causa de la pandemia como por inseguridad y violencia, donde las políticas seguidas en dichas materias han mostrado su ineficacia en grado superlativo.
Porque, a decir verdad, el arbolito sembrado en los prados de Palacio Nacional en memoria de los muertos por Covid-19, constituye una burla para fallecidos y para sus deudos, a la gran mayoría de los cuales, les han hecho de chipilín los tamales con la ayuda funeraria, de la cual sólo pudieron beneficiarse unos cuantos.
Y no es por ser mal pensados, pero las experiencias en los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida, han servido para que funcionarios de distinto rango y nivel se auto asignaran parte de los recursos para su calaverita, hacen temer que pudiera pasar lo mismo con el dinero destinado a las exequias.
Según lo prometido por el primer mandatario de entregar 11 mil 600 pesos por cada fallecido por Covid-19, a la fecha, ya deberían de haberse beneficiado casi 290 mil familias -según cifras oficiales-, lo cual representaría un monto total de más de 3,350 millones de pesos, de los cuales nadie ha rendido cuentas.
Y para no perder la costumbre lopezobradoriana de vivir de gorra, además de las coperachas a todo el que se deje, ahora pide calaverita a nivel internacional. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, solicitó a los asistentes a la reunión sobre cambio climático 100 mil millones de dólares para mejorar el medio ambiente.
Por más intentos de maquillar la cruel realidad que padecemos muchos mexicanos, la administración cuatroteísta, termina por mostrarnos un rostro espantoso, más cercano al Halloween que a la catrina.
Los muertos se acumulan día con día. La proximidad de la época invernal y las advertencias de la Organización Mundial de la Salud de que la pandemia no se ha ido, más los millones de mexicanos sin haber recibido la vacuna, deben tenerse en cuenta para evitar un nuevo repunte de contagios por coronavirus.
De otra parte, de poco o nada sirven las reuniones diarias del gabinete de seguridad, pues los homicidios dolosos mantienen un ritmo alto y no se ve para cuándo la estrategia empiece a rendir resultados importantes.
Lo cierto es que, ante un promedio de más de 500 muertos al día, por violencia y pandemia, el gobierno del presidente López Obrador prefiere nadar de a muertito.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La avalancha de migrantes, ya demostró los limitados alcances de las autoridades mexicanas para contener el flujo constante de quienes buscan refugio en nuestro país o pretenden llegar a Estados Unidos. La muerte de un migrante cubano a manos de la Guardia Nacional, es un claro síntoma de que este fenómeno está a punto de rebasar la capacidad de México para atenderlo.
@Edumermo