Plan “B” de AMLO para imponer reforma electoral , un gesto de desesperación: PR
La coordinadora nacional de Nueva Izquierda, del PRD, Verónica Juárez Piña, acusó que, frente al contundente rechazo de la ciudadanía, respaldado por el bloque opositor en el Congreso de la Unión, a la propuesta presidencial de suprimir el Instituto Nacional Electoral (INE), el presidente Andrés Manuel López Obrador propone un plan B para imponer la reforma electoral, que no sólo refleja un gesto de desesperación e intolerancia, sino que implicaría violar la Constitución.
El presidente, implícitamente, aceptó el fracaso de su iniciativa de reforma que busca erosionar las bases de la democracia al pretender eliminar el INE y los órganos locales, controlar el Instituto electoral y la organización de las elecciones a través de consejeros a modo, y romper la pluralidad en el Congreso de la Unión.
Puntualizó que la Carta Magna es muy clara al señalar que los Consejeros Electorales serán electos por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de Diputados; en tanto que los Magistrados Electorales deben ser elegidos por el mismo porcentaje de votos en el Senado de la República; mientras que, reducir el número de diputados, también requiere de mayoría calificada en el Congreso de la Unión.
“No hay manera de que el presidente saque adelante cualquier reforma electoral si no cuenta con la mayoría necesaria en el Congreso de la Unión, empeñarse en promover una reforma de esta naturaleza mediante la modificación de leyes secundarias es simplemente inconstitucional y sólo refleja la desesperación de López Obrador, quien debería serenarse y escuchar las miles de voces ciudadanas que marcharon el domingo para oponerse no sólo a su propuesta de reforma electoral, sino a decisiones autoritarias como las que insiste en imponer.”
Pero, lamentó la exdiputada federal, “en lugar de valorar el claro mensaje de las y los ciudadanos que marcharon por miles en las principales ciudades del país, López Obrador está mostrando su rostro más antidemocrático e intolerante, cuestionando el legítimo derecho a la manifestación y a la libertad de expresión, descalificando una movilización cuya dimensión marcó un antes y un después en el escenario político nacional, reconfigurando el equilibrio de fuerzas políticas.”
“La marcha del domingo caló hondo en el ánimo de López Obrador y de Morena, porque reflejó la férrea decisión de la ciudadanía a defender la democracia, poner un acto a conductas autoritarias y centralistas y promover la pluralidad en México”, concluyó Juárez Piña.