Ante el fracaso de su reforma electoral y en respuesta a la masiva marcha del 13 de noviembre, el presidente López Obrador ha tomado la decisión de abandonar su responsabilidad como Jefe de Estado para meterse de lleno a la sucesión presidencial, denuncia Verónica Juárez Piña.
La exdiputada federal considera que “el llamado a la ciudadanía para que vote a favor de su partido a fin de ganar la presidencia y el Congreso de la Unión, no sólo es un delito grave, sino que refleja su determinación de involucrase directamente en la campaña por la sucesión presidencial en 2024, utilizando para ello todos los recursos disponibles, tanto del gobierno federal como de los estados y municipios donde gobierna Morena”.
La “contramarcha” que encabezará el 27 de noviembre en respuesta a la movilización ciudadana, “es el banderazo de salida de López Obrador a su partido para iniciar la campaña por la Presidencia y el Congreso de la Unión que se renovarán en 2024”, opina la líder perredista.
En realidad, explica Juárez Piña, “la decisión de quien abanderará a Morena ya está tomada por López Obrador, pero la movilización del domingo pasado que cuestionó su propuesta de eliminar al INE, y evidenció el malestar de un gran número de personas por las fallas de su gobierno, apresuró los planes del presidente, quien decidió tomar, desde ahora, las riendas de la estrategia de campaña de su partido.”
Sin embargo, puntualiza, “a diferencia de la marcha que reunió por voluntad propia a miles de ciudadanos de todas las edades y grupos sociales aglutinados por la defensa del INE, la democracia y la pluralidad; el 27 de noviembre veremos el retorno de los viejos vicios del pasado como el uso ilegal de recursos públicos, el acarreo, las presiones a empleados para que asistan y la concurrencia de funcionarios de todos los niveles, desde legisladores y gobernadores hasta presidentes municipales, para respaldar el llamado iracundo de López Obrador con el pretexto de una imaginaria campaña en contra de su gobierno.”
“Lamentablemente, con su respuesta, López Obrador dejó en claro que no entendió el contundente mensaje ciudadano, y en lugar de retirar su iniciativa para replantear su contenido, propone un plan B que es inconstitucional; y optó por escalar la polarización que ha caracterizado a su gobierno y paralizado al país”, denuncia.
“Lo que veremos a partir de ahora, y en los dos años que le quedan a su administración, es la exacerbación de la descalificación de López Obrador a todo cuestionamiento a su gobierno y contra quienes considera sus adversarios y por supuesto que, como lo ha hecho, no se detendrá ante los límites que le impone la Constitución de la República”, augura Juárez Piña.
Lamentablemente, concluye, “ello implicará que dejará de lado su responsabilidad como Jefe de Estado para meterse de lleno a hacer política, abandonando al gobierno, que de por sí ha tenido muchos desaciertos, particularmente en temas de seguridad y economía, que han provocado serios problemas para todas y todos los mexicanos.”