El periodista Hernán Gómez Bruera ha desestimado y minimizado las acusaciones en su contra por acoso sexual, atribuyéndolas a un presunto sesgo político. Las denuncias fueron presentadas por la abogada española María Herrera y otras usuarias de redes sociales que alzaron la voz.
Gómez, al ser cuestionado por los medios sobre estas acusaciones que constituyen un delito, las atribuyó a un supuesto intento de la “ultraderecha” de difamarlo.
Hernán Gómez intentó justificar su comportamiento durante el Congreso Iberosfera 2022, donde realizó preguntas incómodas y de índole sexual a distintas mujeres que se encontraban en el evento, respecto a si les gustaba masturbarse o participar en tríos.
“No les gustaron mis preguntas y luego inventaron la historia de que yo había acosado sexualmente a las mujeres porque no tenían manera de justificar que me habían sacado de un congreso de la ultraderecha”, respondió.
Al intentar justificar su actuar, Hernán Gómez no hizo más que minimizar e ignorar las denuncias de mujeres víctimas de acoso sexual, al restarle importancia y descalificar su sentir, un claro acto de misoginia y machismo.
La propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en su Guía para la intervención con hombres sobre el acoso sexual en el trabajo y la masculinidad sexista, considera como acoso sexual cualquier comportamiento, físico o verdal, de naturaleza sexual que atente contra la dignidad de una persona.
Estas declaraciones son alarmantes cuando en México el 48% de las mujeres (una de cada dos) ha sido víctimas de acoso o agresión sexual, de acuerdo con datos de una encuesta realizada Enkoll para El País.
Asimismo, activistas y figuras políticas como Alessandra Rojo de la Vega y Saskia Niño de Rivera buscan defender la causa de feminista para frenar y castigar este tipo de comportamientos que revictimizan a las mujeres que se atreven a denunciar a sus agresores.
Tan sólo en la Ciudad de México, el Código Penal local contempla sanciones que van de uno a tres años de prisión para aquellos que ejerzan “una conducta de naturaleza sexual indeseable para quien la recibe, que le cause un daño o sufrimiento psicoemocional que lesione su dignidad”.