Tras 24 horas de sesión, la Cámara de Diputados aprobó en lo particular la Ley de Aguas, con 324 votos a favor, 118 en contra y 2 abstenciones. Inmediatamente, se envió la minuta al Senado de la República, donde se prevé que la mayoría del oficialismo la discuta en fast track.
La discusión del dictamen en lo particular, inició a las 20:20 horas de ayer, y terminó hoy a las 14:10 horas, y se presentaron más de 500 reservas.
Con más de la mitad de su contenido modificado, el diputado del PRI, Emilio Lara, calificó la reforma como un “Frankenstein legislativo” y advirtió que, pese a los cambios, la reforma no garantiza la certeza de las concesiones y herencias porque para ello tenían que reformar el artículo 22, que prohíbe la transmisión de derechos de agua.
Durante poco más de 24 horas de debate, diputados de la mayoría y de la Oposición intercambiaron insultos e incluso empujones, en medio de una guerra de carteles en los que mutuamente se acusaron de tener entre sus filas a acaparadores de agua.
Los ánimos se calentaron cuando el coordinador del PRI, Rubén Moreira, acusó que la reforma no había sido consultada con los pueblos indígenas, lo que era violatorio de la Constitución.
En respuesta, el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, reconoció que nunca dijo que la reforma había sido consultada con las comunidades indígenas, ya que sólo presentó una reserva al artículo 43, referente a los sistemas comunitarios de agua y saneamiento.














