En el campo mexicano se cultivan una gran diversidad de productos, como frutas, verduras, hortalizas y granos. Entre ellos se encuentran leguminosas, que son plantas, como árboles, arbustos o hierbas con aportes nutricionales importantes en la salud de las personas.
Las leguminosas, conocidas también como legumbres, producen frutos en forma de vainas. Estas últimas contienen semillas comestibles en su interior y pueden consumirse frescas o secas. En México existe una amplia variedad de legumbres, como frijoles, lentejas, garbanzos, soya, habas y chícharos secos, y forman parte de la dieta de la población.
En entrevista con “Voces del mar y la tierra”, videpodcast de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la investigadora en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Tania Aburto Soto, comenta que las leguminosas “están compuestas principalmente por almidones o carbohidratos complejos y mucha fibra”. Por ejemplo, en 100 gramos de alimento cocido se tiene un aporte de cuatro a nueve gramos de fibra, un contenido importante para el consumo humano.
También, aportan entre seis y nueve gramos de proteína por cada 100 gramos de alimento cocido y tienen una cantidad mínima de grasa. Esto las hace un alimento importante para integrarla en la dieta diaria de las familias mexicanas.
Al consumir 100 gramos de legumbres, se obtienen solo 140 kilocalorías y esto contribuye a tener un mejor control del peso corporal. “La disminución de peso tiene muchos beneficios para todas las enfermedades crónicas, pues el exceso de peso se asocia con incidencia de diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y 14 o 15 tipos de cáncer”, expone.
Pero los beneficios de las legumbres van a más allá de ofrecer una buena salud a las personas, estos cultivos también brindan múltiples ventajas para promover una agricultura sustentable al mejorar la fertilidad de los suelos y contribuir a la mitigación de los efectos del cambio climático.