Personal de la Subsecretaría Control Penitenciario desarticuló una red de cibercriminales que operaba desde el penal de Santiaguito, Estado de México.
Se trata de ocho personas privadas de la libertad, dedicadas al hackeo financiero, extorsión y fraude cibernético.
Los reclusos operaban una compleja estructura criminal que incluye la participación de diversas redes de apoyo desde el exterior del penal.
Así, se pudo prevenir afectaciones a distintas instituciones financieras, cuyos sistemas informáticos pretendían ser vulnerados por dicha estructura criminal.
Además, durante la intervención de personal de custodia penitenciaria, se identificó que las PPL habían ingresado distintos teléfonos celulares.
A través de ellos, habilitaron múltiples perfiles en redes sociales para establecer comunicación con su red de hackers.
De esta forma, coordinaban las operaciones de infiltración informática y de lavado de dinero.
También les decomisaron siete móviles, mismos que fueron puestos a disposición de la Agencia del Ministerio Público.