Más de 30 personas muertas fue el saldo que dejó la madrugada de este sábado, el choque entre un autobús de pasajeros de la línea ‘Tours Acosta’ que viajaba de Quintana Roo a Comalcalco, Tabasco y un tráiler en la carretera Escárcega-Chetumal.
Presuntamente el tráiler invadió el carril del autobús y se impactaron de frente, lo que provocó que el autobús se prendiera en llamas que se esparcieron rápidamente, por lo que algunos pasajeros rompieron las ventanas traseras del vehículo y lograron escapar, aunque ya con quemaduras y heridas.
En las últimas horas, la empresa ‘Tours Acosta’ dio a conocer una lista con al menos 44 plazas del camión vendidas, aunque algunos de los pasajeros tienen anotados dos o más asientos, indicando que hasta el momento sólo ocho personas habrían sobrevivido, siendo hospitalizadas de gravedad.
Hasta la tarde de ayer autoridades de Campeche y de Tabasco aseguraban no tener una cifra exacta de las víctimas, debido a que el autobús “es de los que hace escalas en diferentes terminales y va subiendo y bajando pasajeros”.
Sin embargo, la Oficina de Ventas de la empresa transportista en Cancún informó que el número de fallecidos rondaba las 38 personas, incluido el conductor de la unidad, Rosalino Jiménez y su ayudante.
En el encontronazo sólo sobrevivieron nueve personas: Raymundo García, Jesús Alfonso Ramírez López, Nely Miranda García, de tres años; Naomi García Rosario, de 13; Édgar René Betancourt Padilla, Areysi Lotero, Perla Ramos y Jherson Méndez.
Al respecto, el secretario de gobierno de Tabasco, José Ramiro López Obrador, confirmó que los heridos fueron trasladados a diferentes lugares: tres al hospital del Niño Rodolfo Nieto Padrón, en Villahermosa; dos más son atendidos en el hospital de Palenque, Chiapas; dos en el Hospital de Cárdenas y dos salieron ilesos y no requirieron de atención médica.
El accidente ocurrió alrededor de las 2:45 horas de ayer, a la altura del kilómetro 171 de la carretera Escárcega–Villa Chablé, Tabasco.
En videos difundidos en redes sociales se escucha a los sobrevivientes pedir auxilio con gritos de dolor y angustia, mientras el autobús era devorado por las llamas.