En diversos países de América Latina, las operaciones de Coca-Cola FEMSA, principal embotellador del Sistema Coca-Cola en volumen de ventas, durante 2024 y 2025 han dado resultados concretos dentro de una estrategia ambiental centrada en tres ejes: gestión responsable del agua, mejora continua en empaques bajo esquemas de economía circular y medidas de acción climática.
“Este compromiso está más vivo que nunca”, expresó Rafael Ramos, Director Técnico y Cadena de Suministro, al referirse al enfoque ambiental de la compañía durante el Día Mundial del Medio Ambiente. En sus palabras también subrayó que “Nuestro compromiso con la sostenibilidad está profundamente integrado en nuestra estrategia de crecimiento, lo que permite que nuestras acciones generen un impacto positivo y duradero en toda nuestra cadena de valor”.
Una de las principales métricas que alcanzó la compañía en 2024 fue la eficiencia en el uso del agua, logrando emplear solo 1.36 litros por cada litro de bebida producida. A la par de esta meta industrial, se llevaron a cabo acciones destinadas a ampliar el acceso, mejorar el saneamiento e impulsar la higiene en sectores con carencias estructurales.
Las plantas de embotellado también se sumaron a este esfuerzo, con nueve de ellas certificadas por la Alliance for Water Stewardship (AWS), como parte de un trabajo sostenido que inició en 2022 para reabastecer el 100% del recurso hídrico utilizado. Este modelo se ha aplicado principalmente en zonas con escasez, en coordinación con aliados comunitarios.
La transformación de envases ha sido abordada desde la investigación y desarrollo, donde la compañía ha reducido el peso de las botellas, optimizado materiales y perfeccionado su reciclabilidad. Además, se fortalecieron los esquemas de recolección de PET posconsumo y se intensificaron medidas para minimizar el envío de residuos industriales a rellenos sanitarios.
En cuanto a resultados, 2024 cerró con 99% de los residuos industriales desviados de vertederos, mientras que 94% de las plantas embotelladoras y 7% de los centros de distribución fueron reconocidos como espacios de cero residuos. Gracias a colaboraciones con IMER y PLANETA, el PET recolectado se reincorpora en la producción de nuevos envases.
Veracruz y Celaya se han convertido en sitios clave para reducir emisiones dentro del sistema, al reemplazarse las calderas convencionales por sistemas eléctricos alimentados con energía solar. Estas instalaciones marcarán un precedente al ser las primeras en operar sin emisiones directas.
En el mismo año, la compañía logró disminuir un 27% las emisiones de alcance 1 y 2 frente a su línea base de 2015, equivalentes al 18% del total de emisiones de CO2e generadas anualmente. Esta reducción está vinculada a prácticas más eficientes en energía, flotas, refrigeración y distribución.
Tecnologías para la planificación de rutas se han incorporado como parte de una estrategia más amplia de movilidad sostenible. “Hoy, además del compromiso de expandir nuestra flota eléctrica e integrarla en nuestras operaciones, utilizamos tecnologías para optimizar la planeación de rutas. Este enfoque sistemático reduce el consumo de combustible, evita emisiones de CO2e y, al mismo tiempo, mejora la seguridad vial”, afirmó Rafael Ramos.
El enfoque sostenible de Coca-Cola FEMSA continúa consolidándose mediante indicadores concretos en agua, residuos y energía, reforzando su presencia en las comunidades latinoamericanas donde opera.