Durante su último informe como presidenta de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la ministra Loretta Ortiz sostuvo que en más de tres décadas, dicho órgano fue un espacio de reflexión, innovación y sensibilidad pues su sentencias no solo resolvieron casos sino que “transformaron realidades, acompañaron luchas históricas y sentaron estándares que seguirán guiando el camino de la justicia mexicana”.
Al respecto, la ministra destacó que el año dos mil veinticinco fue un periodo de intensa productividad para la Primera Sala donde se consolidaron diversas prácticas que elevaron la calidad de la justicia y la acercaron aún más a la sociedad. “Se avanzó en la digitalización de procesos, lo que permitió agilizar trámites, eliminar barreras geográficas y garantizar la continuidad del trabajo”.
“Los resultados de la Primera Sala son tangibles. En lo que corresponde a la Secretaría de Acuerdos, se emitieron 594 turnos y avocamientos, 6,279 acuerdos publicados y más de 50 peticiones atendidas de la Unidad General de Transparencia y Sistematización de la Información Judicial. A lo largo de las 20 sesiones celebradas en 2025, resolvimos un total de 931 asuntos que, en promedio, representan más de 46 casos estudiados y debatidos en cada sesión. A ello se suman 283 asuntos resueltos por dictamen, egreso y archivo definitivo, dictámenes a Pleno y asuntos enviados a Segunda Sala En total, 1,214 asuntos fueron egresados en el periodo”, destacó.
Además, explicó que la Primera Sala publicó 1,187 sentencias, 307 tesis, 252 jurisprudencias y 55 aisladas, consolidando así una línea jurisprudencial robusta y en constante evolución, que “sienta bases firmes para garantizar que la justicia sea una realidad accesible y cercana”. Y trabajó 233 notas de prensa y 145 tarjetas informativas; de las cuales se difundieron 101 y 98, respectivamente, todas ellas vinculadas a 390 asuntos de gran impacto en la vida de las personas.
Ortiz Alhf agregó que el legado de la Primera Sala no solo es notorio en materias penal y civil sino que también honra la dignidad humana pues se declaró que la violencia sexual contra niñas y niños no prescribe; se otorgó a las familias de mujeres víctimas de feminicidio acceso a medidas de reparación; se reafirmó la obligación de juzgar con perspectiva intercultural; entre otras.
Finalmente reconoció el trabajo de todos los integrantes de la Primera Sala. “Nada de esto habría sido posible sin su esfuerzo constante. Su profesionalismo y compromiso ha sido el cimiento sobre el que se construyó este legado”.