- «El invitado del Presidente», Carlos Elizondo Mayer-Serra. Excélsior, 1º de septiembre de 2016
La palabra clave de Elizondo es «legitimar». Eso fue lo que provocó —en un intento fallido de… otra cosa— la visita de Donald Trump a México. Legitimó a un candidato al cual ni siquiera en su país expresidentes de su partido han querido sentarse con él; legitimó a Trump en medio de una campaña muy complicada, y reafirmó el disgusto que el candidato estadounidense tiene por los mexicanos.
- «Lo único digno: rechazar la visita de Trump», Cuauhtémoc Cárdenas. La Jornada, 1º de septiembre de 2016
En su columna, Cuauhtémoc Cárdenas especula sobre los motivos de la visita de Donald Trump a México. Si bien desde un principio era claro que el candidato republicano no venía a México a disculparse por sus comentarios en contra de los mexicanos, ¿cuál era el objetivo de invitar a Trump al país? A pesar de que puede argumentarse que tanto el mandatario mexicano, como el candidato presidencial tienen temas de interés a discutir, lo cierto es que “el anfitrión, podría tomar compromisos, que pronto podrían quedar en el aire; el visitante nada en firme puede ofrecer” apunta Cárdenas. Es por esto que de acuerdo con el autor de esta columna, la decisión correcta –y digna- hubiera sido rechazar la visita de Trump a México.
- «Business as usual», Pascal Beltrán del Río. Excélsior, 1º de septiembre de 2016
El Director Editorial de este medio nacional decide ir más allá de la opinión buena o mala sobre la visita este 31 de agosto de Trump al Presidente Peña. En esta columna, decide concederle el beneficio de la duda al Presidente en si la jugada es una estrategia a largo plazo: «Quizá Peña Nieto haya logrado transmitir a los factores de decisión de la economía que el 21 de enero de 2017, un día después de que tome posesión el próximo inquilino de la Casa Blanca, las cosas entre México y Estados Unidos serían business as usual.»
- «Econometría», Gabriel Zaid. Reforma, 28 de agosto de 2016
La columna de Gabriel Zaid, publicada el domingo pasado, podría ser la única en la semana que no embistiera con furia alguna arista gubernamental. Por el contrario, quizá, incluso le tiende una mano a los economistas que yacen en el suelo, tras falsear sus predicciones, golpeados por la intransigente opinión pública. El tema es sencillo: de un modo didáctico —con historia de por medio— nos explica por qué las predicciones son predicciones y no datos duros del porvenir.
- «A 45 meses del regreso del PRI», Luis Felipe Bravo Mena. El Universal, 1º de septiembre de 2016
Luis Felipe Bravo Mena cuestiona la legitimidad del régimen a través de un recuento de propuestas incumplidas e índices desfavorables para el país. Se suma a la corriente exasperada por la visita de Trump sin mencionar el hecho. La conclusión de su artículo es chata y tradicional: Este sexenio necesita mejorar. México necesita mejorar.
- «La “conspiración”», Mario Campos. Máspormás, 31 de agosto de 2016
Mario Campos se deslinda de los agravantes acontecimientos del presente para pensar un poco en el futuro. Invita al seguimiento de una plataforma impulsada por organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil titulada #VamosPorMás. La plataforma se encargará de monitorear y darle difusión a los nombramientos clave en puestos de administración pública a partir de este septiembre. Esperan sanar a las instituciones desde fuera, fomentar el interés civil por la política.
- «Gabinete y sucesión», Diego Valadés. Reforma, 30 de agosto de 2016
Una semana agitada: Primero muere nuestro divo consentido Juanga; destituyen oficialmente a Dilma Rousseff; Trump visita al Presidente y finalmente el cuarto Informe de Gobierno de Peña. A propósito de esta última, Diego Valadés retoma un tema cuya cuenta no puede detenerse: la sucesión presidencial. El avezado jurista critica fuertemente al gobierno y atomiza la culpa que regularmente depositamos en el máximo mandatario del Ejecutivo del país. Habla sobre el actual gabinete del Presidente y lo contextualiza y contrasta con épocas del viejo PRI. Finalmente enjuiciando fuertemente al actual gobierno, tomando por hecho que el PRI pierde el 2018.
- «No me gusta “Juanga” (lo que le viene guango)», Nicolás Alvarado. Milenio, 20 de agosto de 2016
En una polémica columna a propósito de la muerte de Juan Gabriel, Nicolás Alvarado reconoce que nunca fue seguidor, ni disfrutó de la música del llamado Divo de Juárez. En una frase que se ha hecho viral –y que le costó su puesto como director de TV UNAM- Alvarado dice “me irritan sus lentejuelas no por jotas, sino por nacas”. Con esta frase, asume que su desagrado por el ídolo de miles, viene desde un auto asumido clasismo y contrasta su reacción con la de otros académicos y personas del medio del entretenimiento.
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