Evidencias científicas y no otros datos, muestran que cuando las cosas le salen mal al presidente Andrés Manuel López Obrador, éste aumenta su nivel pendenciero, no sólo para distraer al respetable, sino para evitar que los yerros de su gobierno afecten su popularidad personal, aunque los mexicanos sufran.
Su pleito mañanero con el pasado, de tanto repetirse, se ha vuelto una tortura. Es una historia contada hasta el hastío, que sólo se rompe cuando elige a un adversario del presente para ocultar una de las muchas y muy variadas fallas de su gestión, en especial si es relativa a su fracaso en la disminución de la pobreza.
Día con día se confirma y reafirma que la política económica aplicada por el gobierno actual es todo, menos redistributiva. La utopía “robinhoodezca” del cuatroteísmo, terminó por beneficiar más a los machuchones que a los pobres.
Los datos y análisis del Instituto Nacional de Geografía y Estadística y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, así como estudios de especialistas vinieron a demostrar que no fue el aspiracionismo de las clases medias lo que ha hecho que en tres años el partido gobernante haya perdido la mitad de los votos obtenidos en 2018, sino las desastrosas estrategias para apoyar el crecimiento económico y mejorar los ingresos de los menos favorecidos.
Tampoco fueron causantes de la debacle del morenismo el individualismo, el egoísmo o el racismo, sino la falta de empleos y la insensibilidad oficial para apoyar a las empresas para mantener las fuentes de trabajo.
De acuerdo con algunos estudios, existen 7 millones de mexicanos, hombres y mujeres, entre los 15 y los 29 años que no tienen empleo y muchos de los que han encontrado, ha sido en el sector informal y con salarios muy por debajo de los existentes antes de la pandemia.
Los cifras dadas a conocer por el Coneval ponen de relieve que en 2020, uno de los peores años en términos económicos, los hogares más ricos se beneficiaran más que los hogares pobres de las transferencias públicas.
De acuerdo con cifras de la ENIGH 2020 (Encuesta Nacional de ingresos y Gastos de los Hogares) del Inegi, el 8% de los ingresos de las viviendas del decil X (más rico) proviene de programas sociales mientras que para las viviendas del decil I (más pobre) este rubro representa el 10% del total de sus ingresos.
Se puede concluir, con estos datos y su análisis, que en lo que va de la administración lopezobradoriana, los hogares ricos duplicaron beneficios mientras que los hogares más pobres los redujeron de manera importante, lo que contradice la esencia misma del cuatroteísmo y cae en lo peor de lo peor del neoliberalismo, al poner a los pobres como los últimos en la fila.
Como se vio en las elecciones de junio y en la consulta popular, la pendenciera incapacidad presidencial para reducir la pobreza, amenaza llevarnos a retrocesos inimaginables.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Ya se avizora otra cena con tamales de chipilín. Seguramente será una invitación abierta para todos aquellos que quieran cooperar para pagar la consulta de revocación de mandato, empezando por los funcionarios del INE. El premio mayor, dependerá del lado ganador.
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@Edumermo