En lugar de estatizar la banca como su homónimo de apellido, el presidente Andrés Manuel López Obrador, estaría buscando hacer de lado o, de plano, cancelar “los nuevos derechos”, como el feminismo, la protección del medio ambiente y los derechos humanos y, así, no nos vuelvan a saquear.
El viernes pasado, durante su gira por Campeche, el primer mandatario casi se pone a imitar a su antecesor, José López Portillo, al señalar que el neoliberalismo, a nivel del mundo mundial, ya nos saqueó; poco le faltó para afirmar que en México y en la ONU defenderá la cuarta transformación como pejelagarto.
Según el tabasqueño, la política neoliberal promovió en el mundo, “para saquear a sus anchas, los llamados nuevos derechos, y se alentó mucho, incluso por ellos mismos, el feminismo, el ecologismo, la defensa de los derechos humanos, la protección de los animales, todas causas muy nobles, pero el propósito era crear todas estas nuevas causas para que no reparamos, para que no volteáramos a ver que estaban saqueando al mundo”.
Y como el ya reparó en esos intereses ocultos y aviesos, seguramente por su mente está rondándole la idea de limitar, cancelar o extinguir esos derechos en nuestro país, pues estarían siendo utilizados para golpear a su gobierno.
En una más de sus contradicciones, ahora cuestiona -por ejemplo- el feminismo, cuando hace unas cuantas semanas presumía que durante su gobierno se ha dado visibilidad a dicho movimiento, pues antes se callaba su existencia.
La poca empatía que muestra hacia las acciones de defensa de los derechos de poco más de la mitad de la población del país, se ha traducido en el crecimiento constante de la violencia y crímenes contra las mujeres durante su mandato y la ausencia de una política de combate a este fenómeno.
De acuerdo con cifras oficiales, en agosto pasado se tuvo el registro más alto de feminicidios en México durante la actual administración, con 107 muertes de mexicanas. Hasta esa fecha, el asesinato de mujeres había registrado un aumento de 8 por ciento respecto del periodo enero-agosto de 2020.
Algo similar acontece en materia de medio ambiente, donde su preferencia por las energías fósiles, van en sentido contrario a las recomendaciones y esfuerzos que se vienen realizando en prácticamente todo el mundo, así como el menosprecio por impulsar el uso de energías limpias, como la eólica y la solar.
La argumentación de López Obrador y de su secretaría de Energía, Rocío Nahle, en el sentido de la imposibilidad de contar con el viento y el sol todo el año, es de lo más rupestre y constituye el desconocimiento del funcionamiento para aprovechar ambos elementos.
Sobre la defensa de los derechos humanos, baste señalar que prefiere que la Comisión Nacional en la materia, sea una convidada de Piedra, con una impunidad del 95 por ciento. Los asesinatos de periodistas, luchadores sociales y políticos durante la primera parte de la gestión cuatroteísta es la más alta en la historia reciente del país.
En cambio, alienta la creación de comisiones de la verdad para investigar y, de ser posible, castigar a los responsables de las muertes de este tipo de personas en el pasado.
Así como se le ha visto en los recientes días, es casi seguro que López Obrador en su próxima participación en la Organización de las Naciones Unidas, el 9 de noviembre, dé a conocer una versión 4T de la “Carta de los Derechos y de los Deberes Económicos de los Estados”, propuesta por Luis Echeverría en 1974, con fuertes críticas a la corrupción y a “los nuevos derechos”.
El mandatario mexicano estaría pensando en la necesidad de que el Estado tutele estos nuevos derechos y, de esa forma, “saqueárselos” a la sociedad civil, por el simple prurito de no plegarse a sus caprichos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
De acuerdo con el plan de vacunación, a la fecha deberían estar inoculados alrededor de 90 millones de mexicanos mayores de 18 años, al menos con una dosis. Y aunque el presidente asegura haber cumplido la meta; el vocero de la pandemia Hugo López Gatell, dijo que se cubrió al 83 por ciento. Es decir, aún hay más de 12 millones de mexicanos adultos, sin recibir la vacuna; y todavía se atreven a decir: meta cumplida.
@Edumermo