El pasado sábado, se dio a conocer por distintos medios de información, lo que ya se puede apreciar por diversas bardas de la Ciudad de México: propaganda electoral en favor de Claudia Sheinbaum.
Ante tales actos, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha requerido formalmente información a la Jefa de Gobierno para que informe si ella contrató directamente o a través de quién, dicha publicidad.
Al respecto, los contratistas encargados de esas pintas, han señalado que se trata de funcionarios de cuatro Alcaldías (morenistas obviamente) quienes pagan dichos servicios.
Dichas acciones constituyen claros actos súper anticipados de campaña, y promoción personalizada con recursos públicos, acciones que están prohibidas por nuestra Constitución Federal y sancionadas por la ley.
No debemos dejar de lado que en el presupuesto de egresos de la Ciudad, fueron aprobados 400 millones de pesos para promoción personal de Claudia Sheinbaum, por lo que habrá que fiscalizar con lupa si de esos recursos se está pagando a esos contratistas, o nos tragamos el cuento de que “son donaciones de funcionarios”, y que (seguramente habrá mucho mas donantes).
La reflexión que quiero dejar, es que, en cualquier caso, la Jefa de Gobierno NO fue elegida para eso. Ella debería estar atendiendo los problemas de la capital del país, como el desempleo, el alza de precios de la canasta básica (que en algunos casos ha sido de 150%), los feminicidios, la línea 12 del metro, el desabasto de medicamentos, etc., etc., etc., en lugar de andar de gira por los estados, tocando la guitarra o incursionando en las redes sociales.