La violencia vicaria empieza desde el noviazgo; desde hace poco, no tenía nombre, ni apellido, ni sanción: hoy en la Ciudad de México se los hemos puesto.
Aprobamos por unanimidad en la Comisión Para la Igualdad de Género del Senado Mexicano el dictamen por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia al Código Penal Federal y el Código Civil para castigar la violencia contra las mujeres a través de interpósita persona, conocida también como Violencia Vicaria, aquella que se ejerce sobre las hijas y los hijos para herir a la mujer.
En el Senado de México se reconoce la violencia por interpósita persona o vicaria, como un tipo de violencia de género, y juntos continuaremos trabajando para crear más y mejores leyes a favor de las mujeres.
Si bien, no existe una estadística precisa sobre este tipo de violencia, con base en las denuncias sobre violencia familiar de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 76.2% de las veces es el hombre el que agrede a la mujer.
De acuerdo con las estimaciones del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria en estos casos el 88% de los agresores amenaza a la madre con hacerle daño a través de los hijos.
Se considera violencia vicaría por interpósita persona, cualquier acto u omisión que, tiene el objetivo de causar daño o perjuicio a las mujeres a través de conductas como: amenazar con causar daño a las hijas e hijos; amenazar con ocultar; retener o sustraer a hijas e hijos fuera de su domicilio o de su hogar habitual de residencia; utilizar a hijas e hijos para obtener información respecto a la madre.
Lo que se busca es generar las condiciones para que, en la separación de familias, los padres no ejerzan violencia contra sus hijos ni de sus exparejas.
Evitar incitar o fomentar actos de violencia física de hijas o hijos en contra de la madre; promover, incitar o fomentar actos de violencia psicológica que descalifiquen la figura materna afectando el vínculo materno filial; ocultar, retener, o sustraer a hijas y los hijos, así como a familiares o personas allegadas.
Interponer acciones legales con base en hechos falsos o inexistentes en contra de las mujeres para obtener guarda y custodia, cuidados y atenciones o pérdida de la patria potestad de las hijas y los hijos en común y condicionar el cumplimiento de las obligaciones alimentarias a las mujeres y sus hijas e hijos.
Además, se ordena la restitución, recuperación o entrega inmediata a la mujer víctima, de sus hijas y/o hijos menores de 18 años y/o personas con algún tipo de discapacidad que requieren cuidados especiales, que hayan sido sustraídos, retenidos u ocultados de forma ilícita.
La violencia vicaria se dirige contra las hijas y los hijos, familiares o personas allegadas, ya sea que se tenga o haya tenido relación de matrimonio, concubinato o se mantenga o haya mantenido una relación de hecho con la persona agresora, lo anterior implica, incluso, cuando no cohabite en el mismo domicilio.
Se sancionará hasta con cinco años de prisión a quien incurra en este tipo de agresión o violencia vicaria. Hubo resistencia de algunos legisladores hombres, quienes también pretendían que también se considere a los hombres víctimas de este tipo de violencia, cuando en realidad son muy pocos los casos.
El término nació en España, a partir del caso de una mujer y su hija pequeña, constantemente agredidas por el ex marido que era muy violento. Ella lo notificó a las autoridades judiciales y dado que las agresiones no paraban, pidió que las visitas del padre a la niña fueran supervisadas, pero la autoridad española hizo caso omiso, y el hombre mató a la menor y luego se suicidó.
En la Ciudad de México la minuta ha sido enviada a la Cámara de Diputados para su revisión porque es urgente frenar las agresiones que llevan parejas o exparejas a través de sus hijos con el fin de lastimar a las mujeres. Hay casos en los que el agresor usa influencias, poder económico o político para impedir que la mujer vea por años a sus hijos.
Desde el Senado mexicano seguiremos trabajando en las reformas legales para erradicar la vieja cultura patriarcal que se manifiesta con la violencia económica, física, sexual, emocional que se ejerce como una forma de control en contra de las mujeres.
Se trata de un avance muy importante por los derechos de las mujeres y de la infancia, como ha dicho la Senadora Martha Lucía Mícher: “tenemos que tener muy claro que el objetivo nace del reconocimiento y la protección de los derechos humanos de las mujeres; hoy estamos legislando para reconocer que han sido mayoritariamente las mujeres quienes durante años han sufrido este tipo de violencia a través de terceras personas, y el Estado tiene la obligación de actuar en consecuencia respetando sus derechos”.
Las y los Senadores continuaremos avanzando con leyes que garanticen seguridad y bienestar a las mujeres mexicanas, para que, en todos los rincones del país, y sobre todo en la Ciudad de México, tengan acceso a una vida libre de la violencia patriarcal, que sabemos se ejerce permanente y cotidianamente.