Ciudad de México, a 4 de septiembre de 2019.- La UNAM y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) firmaron convenios de colaboración con estados y municipios del centro y sur, para fortalecer las políticas nacionales y locales en materia de desarrollo urbano, ordenamiento territorial y vivienda.
De esta forma, la máxima casa de estudios del país colaborará con los gobiernos estatales y municipales para el desarrollo de instrumentos de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, que permitan identificar las necesidades de atención prioritaria de cada municipio.
El rector Enrique Graue Wiechers afirmó que el país cuenta con el compromiso de la UNAM para procurar la igualdad social y revertir la inequidad y desigualdad histórica que tenemos.
México, explicó, está integrado por dos mil 458 municipios, pero hay grandes desigualdades entre ellos, pues mientras alcaldías como Benito Juárez tienen un Índice de Desarrollo Humano similar a Suiza o Australia, hay 12 municipios con índices inferiores a los de África subsahariana.
En tanto, la SEDATU, encabezada por Román Meyer Falcón, dará acompañamiento técnico a estados y municipios en el diseño y ejecución de instrumentos que contribuyan a la definición de estrategias intersectoriales que ayuden a satisfacer las necesidades de suelo, desarrollo urbano y vivienda en los centros de población.
Además, propondrá políticas públicas y recomendaciones que puedan ser retomadas por los estados y municipios; promoverá la realización de acciones de infraestructura y equipamiento urbano, basado en las necesidades sociales identificadas; y orientará esquemas innovadores de planificación de los usos de suelo, cuya vocación sea sostenible a nivel comunitario.
En ese sentido, Román Meyer recordó que la tesis central de la dependencia a su cargo es buscar que el desarrollo territorial sea equitativo para subsanar las brechas de desigualdades socioterritoriales.
“Cuando visitamos las comunidades y entramos a otras colonias, la marginación que uno encuentra te rompe el corazón, te fragmenta por completo y nos debe poner a reflexionar: como sociedad, qué tenemos que hacer y por qué permitimos este tipo de desarrollos. Ahora tenemos las capacidades institucionales y humanas para cambiar la política pública”, declaró.