Mauricio Roldán Parra ha sido un personaje controvertido en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde su trayectoria ha suscitado críticas debido a su ascenso sin contar con un título universitario completo. Ingresó al IMSS en 2006 con un bachillerato incompleto y seis años de experiencia como capturista, y rápidamente se convirtió en Coordinador de Programas en la Coordinación de Control y Abasto.
Su reciente promoción, que tuvo lugar entre enero y abril de 2024, lo llevó a ser el encargado de despacho del IMSS en Guerrero. Este ascenso ha generado dudas, ya que las regulaciones internas del IMSS estipulan requisitos académicos y experiencia en el sector salud para ocupar posiciones de alto nivel.
Roldán no cumplía con estas condiciones, pues no finalizó su educación superior ni posee experiencia directa en el ámbito de la salud. Su avance se atribuye a su relación con Mikel Arriola, exdirector del IMSS y actual presidente de la Liga MX, quien enfrenta acusaciones de corrupción.
Datos proporcionados por el IMSS y reportes de Coparmex indican que la designación de Roldán fue una excepción a las normativas que rigen los procesos de contratación. Para acceder a altos cargos en el IMSS se requiere un título en medicina o enfermería, estudios avanzados en administración de servicios de salud o salud pública, así como un mínimo de cinco años de experiencia en puestos directivos dentro del sector. Roldán ascendió principalmente gracias a su cercanía con ciertos líderes dentro del IMSS y su red de contactos.
La diferencia salarial entre Roldán y un capturista es notable: mientras que un capturista gana alrededor de 7 mil pesos mensuales, Roldán, como jefe de Servicios Administrativos en Guerrero, percibe aproximadamente 98 mil pesos brutos al mes. A esto se suman otros beneficios, como un aguinaldo cercano a los 128 mil pesos y un fondo de ahorro superior a 31 mil pesos.
Sin embargo, su estilo de vida ha generado sospechas. Informes internos sugieren que ha adquirido propiedades valiosas en Guerrero y realiza frecuentes viajes al extranjero. Su situación financiera es cuestionable, ya que, según la Plataforma Nacional de Transparencia, tiene deudas personales superiores a 120 mil pesos en tarjetas de crédito.
Además, Roldán enfrenta un complicado historial legal con múltiples acusaciones por delitos comunes, incluyendo denuncias por violencia de género relacionadas con dos mujeres, lo que añade más controversia a su figura pública.
En cuanto a sus conexiones con el sector privado, varios informes indican que mantiene relaciones cercanas con empresas como SITRAVEM y COMERCIALIZADORA BACROS.
Estas compañías han recibido contratos millonarios del IMSS a pesar de aparentes irregularidades. SITRAVEM, encargada del mantenimiento de elevadores en hospitales del IMSS, ha sido sancionada por presentar documentación falsa para obtener contratos y está inhabilitada hasta 2026 para participar en licitaciones públicas.
Investigaciones revelan que SITRAVEM y BACROS forman parte de una red empresarial con los mismos socios que han acumulado más de 218 millones de pesos en contratos con el IMSS en los últimos cinco años. A pesar de las irregularidades detectadas durante los procesos licitatorios, estas empresas continúan recibiendo contratos millonarios, lo que alimenta sospechas sobre corrupción y favoritismo dentro del IMSS.