Carlos Puig (Milenio) expone los resultados de Cuadrante Político: cuestionario de 20 preguntas que se aplicó a todos los candidatos a gubernaturas con el propósito de ubicarlos ideológicamente dentro de cinco ejes: centralista, liberal, conservador derecha, autoritario o progresista izquierda. Ni uno —señala enfáticamente— fue ubicado en el espacio de progresista izquierda. Es más: un candidato de MORENA resultó conservador de derecha. Las preguntas brotan por sí solas: ¿Aún es correcto hablar de partidos políticos con ideologías definidas?, ¿nos representa más un partido, o un candidato aislado —no necesariamente independiente—?
En el sendero electoral, Pascal Beltrán del Río (Excélsior), Raymundo Riva Palacio (El Financiero) y Leo Zuckermann (Excélsior) destacan —cada quien a su tono— la creciente y cada vez más realista posibilidad de que MORENA, en su segunda aparición en las boletas, pueda ganar la gubernatura de Veracruz con Cuitláhuac García. Asimismo, como contrapeso de la balanza, comentan el detrimento popular que ha tenido el PRI desde el comienzo del año, cuando se auguraban victorias en 9 de las 12 gubernaturas, hasta ahora, donde sólo podríamos hablar de Hidalgo, Quintana Roo, Sinaloa y Chihuahua con cierto margen —no exagerado— de certeza.
Macario Schettino (El Financiero), en una columna de corte histórico, analiza el trasfondo de la actual pervivencia y movilización de la CNTE. No es casualidad, afirma, que el brote de manifestaciones se lleve a cabo unos días antes de efectuarse elecciones en varios estados: «…ésa es su razón de existir, aunque sus mismos dirigentes no lo entiendan».
En la sección estadística, Manuel J. Jáuregui (Reforma) comparó el Índice Nacional de Organismos Garantes del Derecho de Acceso a la Información (INOGDAI) del 2016 con su penúltima expedición (2014): México cayó 4% en transparencia (siendo el nuevo promedio nacional poco mayor a 49%); por otro lado, Sergio Aguayo (Reforma) estima una abstención del 80% de los electores capitalinos para el próximo 5 de junio.