Comencemos con la coyuntura. Francisco Garfias (Excelsior) publica una columna intitulada «Tres relatos de horror y un vergonzoso informe». Los tres relatos corresponden a testimonios que policías federales heridos en Nochixtlán profirieron el día de ayer en el Senado; el vergonzoso informe, se puede intuir, remite a la información proporcionada por la CNDN en torno a lo ocurrido en Tanhuato, Michoacán, el 22 de mayo del 2015, donde murieron 43 personas. Después de repasar los hechos, Garfias parafrasea al Peje: «Ese nivel de represión ni Putin lo tiene». Por otro lado, en Milenio, Carlos Puig aprovecha el nuevo veredicto de Tanhuato para criticar la parte de la entrevista entre Enrique Peña Nieto y Joaquín López Dóriga donde se habla sobre Ayotzinapa: «¿Cómo va la PGR en la tarea de satisfacer las interrogantes [en torno a Ayotzinapa] del Presidente Peña, el más interesado en saber? ¿Tan rápido como con Tanhuato?».
En Reforma, Carmen Aristegui diserta en torno al levantamiento ocurrido en Puerto Vallarta, la madrugada de lunes 15 de agosto, donde se encontraba uno de los hijos de El Chapo, Jesús Alfredo Guzmán Salazar. «¿Qué viene después?», se pregunta. «¿Cuál es la lógica de reacción de los cárteles en situaciones como ésta? ¿Cómo reaccionan capos contra capos, cuando el hijo o los hijos de uno de ellos se va de fiesta, para celebrar un cumpleaños, en un restaurante conocido de la zona que está, según se sabe, bajo el dominio del otro?».
Por último, Octavio Islas (El Universal) da a conocer los resultados del estudio Global State of Mobile Networks (Estudio Mundial de las Redes Móviles) que llevó a cabo la firma OpenSignal alrededor del mundo (entre los 95 países comprendidos está México). Básicamente, el estudio analiza, bajo el criterio de disponibilidad métrica, la proporción de tiempo que los usuarios móviles pueden disponer satisfactoriamente de una red de conexión en particular —particularmente señales de 3G o 4G.
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