Por Ivette Valenzuela
El pasado 6 de junio, México vivió las elecciones más grandes de la historia, donde se renovaron 15 gubernaturas, 500 diputaciones federales, 1,063 diputaciones locales, 1,926 presidencias municipales y alrededor de 20,000 regidurías en el país.
Cabe destacar que a esta última figura que es la del regidor y la regidora municipal, poco se le ha dado la importancia que merece dentro de los gobiernos municipales, siendo que estos funcionarios públicos son piezas clave en la toma de decisiones, ya que son ellos quienes son los contrapesos, vigilantes y fiscalizadores de las y los Presidentes Municipales.
De igual manera la ciudadanía poco sabe cuál es la verdadera función de esté, porque debemos reconocer que han sido pocos los que han sabido cumplir con sus responsabilidades al interior de los ayuntamientos y por ende de los cabildos, pero quienes si han sabido cumplir con su mandato y con la ciudadanía que representan, han podido ser generadores de acciones y políticas públicas que conllevan un beneficio social.
Dentro de las facultades que tienen está la de legislar a nivel municipal en temas y rubros que conlleven un beneficio a los diferentes sectores de la sociedad y a la propia administración, así, como la de vigilar que los recursos públicos se ejerzan con transparencia y siempre en beneficio de quienes más lo necesitan, eso sin dejar de lado que son estos los intermediarios permanentes entre la sociedad y el gobierno.
Por otro lado los partidos políticos que perdieron un gran número de posiciones como gubernaturas, diputaciones federales y locales y la gran mayoría de los ayuntamientos contra morena; dejaron en la figura de las y los regidores, la responsabilidad de ser los contrapesos y la oposición municipal para hacer frente a los excesos e ilegalidades que las y los Presidentes Municipales pudieran cometer, ya que algunos llegaron al poder apoyados por las siglas de Morena pero sin tener la preparación y ni la más mínima noción de cómo gobernar.
Por ello, es preocupante que los partidos políticos que hoy no están en el poder, no se percaten que el único capital político que les queda, son sus regidores y regidoras y que hasta el día de hoy no se ha visto una verdadera coordinación, ni posicionamiento dirigido hacia ellos, para que estos puedan actuar como una verdadera oposición responsable al interior de los gobiernos municipales.
Tampoco hacen el esfuerzo para capacitarlos y brindarles las herramientas necesarias para cumplir con sus funciones y dar buenos resultados a la ciudadanía, máxime cuando son estos actores políticos quienes tendrán la posibilidad de adquirir la experiencia necesaria para contender electoralmente en las boletas en los próximos procesos electorales.
De ahí la importancia de no descuidar e impulsar a este capital político que dicho sea de paso es lo único que le queda a la gran mayoría de los partidos políticos en el país.