Es a tal grado el valemadrismo del gobierno actual hacia la violencia y asesinatos contra las mujeres, que el mayor interés del presidente sin nombre y sin gracia es cómo va a festejar los quince años del socoyote, como muestra evidente del desmoronamiento moral del cuatroteísmo.
No hay indignación ni lágrimas para las 11 féminas que día con día desaparecen o les quitan la vida, ni hacia las centenares que son golpeadas o abusadas física o sexualmente. La cartilla moral y los llamados a portarse bien, ni siquiera adquieren rango de estrategias; son tomaduras de pelo, para tranquilizar las conciencias de las autoridades y que nada les quite el sueño.
Decir, como lo hace Claudia Sheinbaum, de que durante su gestión se detiene a más feminicidas que antes, en forma alguna significa una disminución en los asesinatos de mujeres. La Ciudad de México sigue entre los cinco primeros lugares más inseguros para el sector femenino, por el número de asesinadas.
Pero eso sí, se atreve a pontificar que en las demás entidades federativas los gobiernos estatales deben asumir su responsabilidad y que el mandatario federal sin estatua y sin gracia cumple con la suya.
Ni las reuniones de los gabinetes de seguridad ni los teatros en atril mañaneros y medio mañaneros son suficientes para combatir estos delitos por razones de género. y luego se preguntan las causas del desmorenamiento electoral, que desde 2021 se tradujo en la pérdida de la mitad de su bastión, la CDMX, y en el Congreso de la Unión la mayoría calificada.
Para las mujeres mexicanas, el trienio anterior ha sido de terror, no sólo por los crímenes que se cometen contra ellas, sino por los altísimos niveles de impunidad que prevalecen para ubicar y sancionar a los agresores. Situación que por lo visto en el arranque de la segunda mitad del sexenio, pareciera agravarse.
Y esa insensibilidad y desdén del presidente sin nombre y sin estatua y de la jefa de gobierno de la capital del país -la chica de rojo- queda de manifiesto con el envallamiento de Palacio Nacional, para tomar distancia de las víctimas y, por otra parte, la ceremonia y homenaje a una palmera que, femenina también, por descuido se le dejó morir.
A fines de 2021, después de tres años, con un promedio de 10 mujeres asesinadas al día, finalmente el gobierno federal dio a conocer el Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, anuncio que de poco ha servido para disminuir y erradicar los delitos de género.
Dicho plan tendrá poco impacto si se toma en consideración el poco presupuesto destinado por el gobierno para combatir la violencia de género y la desaparición de programas de apoyo a las mujeres. Ahí también se refleja el valemadrismo hacia el 52 por ciento de la población.
Esperemos que el mandatario sin gracia no vaya a tener dificultades caseras por festejar los quince años de su hijo menor un día después, porque es capaz de llamar golpistas a las manifestaciones que el sábado y el domingo se realizaron en varias partes del país, para protestar por la decena de mujeres muertas de cada día.
Así el desmoronamiento moral y desmorenamiento electoral del cuatroteísmo en tiempos feminicidas.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La “torta” que trajo bajo el brazo el segundo nieto del presidente sin gracia, fueron las declaraciones del ex mandatario estadounidense Donald Trump sobre el trato “comedido” que que le dio al ejecutivo mexicano.
@Edumermo