Más allá de responder a la movilización ciudadana del 13 de noviembre, con el pretexto de la celebración de los cuatros años de su administración, en realidad, la “contramarcha” convocada por López Obrador, organizada desde el Estado, obedece a sus ambiciones transexenales, advirtió Verónica Juárez Piña, dirigente nacional de Nueva Izquierda, del PRD.
Además, acusa, “se retoman los vicios del viejo régimen, en la que se involucran para su organización funcionarios de todos los niveles de los gobiernos que preside Morena, se utilizan recursos públicos, se usa la infraestructura oficial y obligan a las y los trabajadores a asistir so pena de ser despedidos.”
“La del 27 de noviembre será la marcha de la vergüenza porque con el mayor descaro fue convocada por el propio presidente de la República y organizada por funcionarios y militantes de su partido, cuando el Jefe del Estado Mexicano está obligado a preservar la gobernabilidad del país atendiendo las demandas de todos los sectores sociales, gobernar para todas y todos los mexicanos y usar de forma responsable, transparente y honesta los recursos públicos.”
“Diga lo que diga el presidente, esta marcha tiene como objetivo fortalecer sus aspiraciones de crear un Maximato para controlar el poder más allá de su sexenio, así lo ha venido construyendo al ceder al Ejército espacios clave del sector público, controlando el proceso de selección de Morena rumbo a las elecciones presidenciales de 2024 e impulsando reformas que le permitan imponer sus decisiones sin ningún contrapeso”, añadió.
“Más que una similitud con José López Portillo, veo en López Obrador el reflejo de las ambiciones de Plutarco Elías Calles, el llamado Jefe Máximo de la Revolución, de ahí la denominación de Maximato, quien impuso a tres incondicionales como presidentes de la República después de que dejó el gobierno, hasta que se topó como el General Lázaro Cárdenas del Río”, recuerda Juárez Piña.
“Así lo ha dejado ver el propio López Obrador al señalar que no permitirá que se reviertan las obras de su administración y el avance de la mal llamada 4t, y por ello dejará en manos de las Fuerzas Armadas el control de la seguridad y sus proyectos insignias y, en los hechos, se ha metido de lleno a la sucesión presidencial”, explica la líder perredista.
“Así que la marcha es una demostración de fuerza que conlleva un mensaje hacia adentro, para quienes pretendan desafiarlo y hacia afuera, asumiéndose desde ahora como el jefe de campaña de Morena en vísperas de las elecciones por la presidencia de la República”, consideró.
Ello, advirtió , “claramente crea condiciones de inequidad porque el presidente de la República, con todos los recursos públicos a su alcance, promoverá el voto a favor de su partido, como sus recientes declaraciones en donde llamó a la ciudadanía a votar por la 4t para poder ganar la mayoría en el Congreso de la Unión”.
“Sin lugar a dudas, la decisión del presidente de encabezar una marcha que más de celebración tiene un espíritu de revancha, es un golpe a la construcción democrática que la sociedad ha impulsado en los últimos 30 años”, indicó.
“Pero López Obrador minimiza el anhelo democrático de las y los mexicanos que derrumbaron el viejo régimen y que después del 2000 promovieron la renovación de tres gobiernos que no respondieron a sus expectativas y el suyo no será la excepción”, concluyó Verónica Juárez.